El Tour aceptó las exigencias de ETA en 1992 y 1996
Para que pasara por San Sebastián y Navarra
La organización del Tour aceptó en 1996 exigencias planteadas por ETA sobre el uso del euskera ante las amenazas formuladas por la organización terrorista contra tres etapas de la carrera ciclista. Lo mismo había ocurrido cuatro años antes al establecer una de las metas en San Sebastián.
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La llegada de una etapa del Tour a Pamplona en 1996 estuvo precedida de una carta enviada por la organización terrorista al director general de la prueba ciclista francesa, Jean Marie Leblanc. La misiva, similar a otra enviada en año anterior advertía que las etapas que tenían como meta Pamplona, Hendaya y Burdeos podrían verse "seriamente perturbadas" y que la integridad física de los ciclistas y del personal que intervenía en la prueba "podría ser afectada" si los organizadores de la ronda francesa no atendían las exigencias de la organización terrorista.
ETA exigió a los organizadores del Tour "el reconocimiento de nuestra identidad como nación y el uso de nuestra lengua en la prensa, la radio y la televisión". La organización terrorista consideraba que estas exigencias son "condiciones inexcusables para el buen desarrollo de la prueba ciclista".
La carta etarra aseguraba que el tratamiento de los medios de comunicación sobre la llegada del Tour de Francia había sido "escandalosamente tendencioso porque calla la incontrovertible realidad: la opresión y el desmembramiento que sufre nuestro país".
En paralelo a la carta de ETA, dirigentes de HB exigieron la ausencia de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía en la seguridad del Tour
y su sustitución por agentes de la Policía Foral y de la Policía Municipal.
Estas exigencias no fueron atendidas. La izquierda radical afín a ETA perpetró una docena de atentados en relación con la llegada del Tour a
Pamplona.
En 1992, con motivo de la llegada del Tour a San Sebastián, ETA también amenazó a los organizadores de la carrera ciclista, aunque no llegó a cometer ningún atentado porque el acto se organizó sin que hubiera presencia de agentes del Cuerpo Nacional de Policía en las funciones de seguridad.
No obstante, sectores radicales afines a ETA provocaron la quema de coches de la caravana del Tour en Hondarribia y San Sebastián, así como otros de matrícula francesa. Un total de catorce vehículos fueron incendiados en estos ataques.
HB, además, aprovechó la presencia de la caravana de la Vuelta francesa para organizar una manifestación en la capital guipuzcoana.
