Los "cebadagago" cumplen su fama con un encierro largo y peligroso
Al menos cuatro mozos heridos por asta de toro
Los toros de la ganadería gaditana de "Cebada Gago" cumplieron con su fama y protagonizaron un largo y peligroso encierro en el que dos astados quedaron descolgados y cornearon a varios corredores.
Cuatro corredores han sido trasladados en estado grave a diversos hospitales de Pamplona tras el segundo encierro de los Sanfermines, tres de ellos con heridas por asta de toro, informaron los servicios médicos de los centros sanitarios.
Al Hospital Virgen del Camino fue trasladado desde el callejón de la plaza de toros el estadounidense de 57 años Al-Glenn Cheesson, quien sufre tres cornadas, dos de ellas en el muslo derecho y una en la ingle, de las que está siendo intervenido quirúrgicamente.
En el mismo centro sanitario ingresó el joven de 27 años Dallas Hatchcock, nacido en Los Angeles (Estados Unidos), quien recibió en el tramo de Estafeta un puntazo en el brazo izquierdo y está siendo operado igualmente en el quirófano del Hospital Virgen del Camino.
Además, al Hospital de Navarra fue trasladado en estado grave el australiano de 29 años Nikolas Hadum, herido por asta en el callejón de la plaza de toros en el hemitórax izquierdo, con trayectoria de veinte centímetros,
El joven australiano ha pasado al quirófano del Hospital de Navarra para ser intervenido quirúrgicamente de la cornada.
También ingresó en el Hospital de Navarra el pamplonés Fermín Etxeberría Iruñeta, de 62 años, quien sufrió en la calle Mercaderes un traumatismo craneoencefálico y ha quedado ingresado en estado grave.
Por último, al Hospital Virgen del Camino fue trasladado Juan Carlos H.I., de 43 años y natural de Arazuri (Navarra), con una luxación en un dedo.
DOS PELIGROSOS TOROS NEGROS
Tras los tres cánticos al santo en la Cuesta de Santo Domingo, la manada partió de los corrales a las 8,00 horas en una rápida carrera encabezada por un toro colorado y un manso.
El encuentro entre la manada y los mozos no registró incidencias, aunque inmediatamente un toro negro se acercó hacia la acera izquierda, donde se protegen los corredores tras retirarse de las astas, y cayó al suelo siendo superado por sus hermanos.
A partir de este punto en ningún momento la manada se recompuso y, ya a la entrada de la Plaza del Ayuntamiento, iban dos morlacos sueltos para enfilar de esta forma la calle Mercaderes.
En la curva del vallado de la Estafeta, cuatro animales chocaron contra la madera, aunque no con la violencia que suele ser habitual en este punto del recorrido, y sin perder el tiempo continuaron una carrera divididos en tres partes: la manada principal con los cabestros y cuatro toros, y los otros dos astados sueltos.
El último de estos toros protagonizó en la calle Estafeta momentos de gran peligro al derrotar contra los corredores, detenerse e incluso volverse sobre sus pasos.
A la altura de Telefónica alcanzó también a uno de los participantes, a muy pocos metros de la entrada a la plaza, en cuyo callejón de acceso instantes antes un corredor había sido empitonado por el penúltimo de la manada, que entró en la arena con un trozo de pañuelo rojo colgado de un asta.
Cuando este quinto entró en chiqueros, los cabestros de cola llegaron a la altura del último rezagado y le acompañaron sin problemas hasta los corrales de la plaza después del esfuerzo que habían tenido que hacer hasta entonces los pastores para controlar al animal e intentar reconducirlo.
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El segundo encierro de los Sanfermines ha sido largo y peligroso. Cuatro mozos, tres de ellos extranjeros, han sido corneados de gravedad.




