El párroco de Maruri pide a la Iglesia vasca autocrítica sobre su apoyo a las víctimas del terrorismo
Espera que su marcha traiga cambios
El cura de la localidad vizcaína de Maruri, Jaime Larrinaga, pidió este domingo a la Iglesia vasca que haga autocrítica sobre su apoyo a las víctimas del terrorismo y confió en que, con su marcha, se produzcan cambios "notables".
Durante la celebración de su última homilía como párroco de la localidad, cargo que ha ejercido durante 30 años, Larrinaga criticó que no haya lugar para una tercera opción, "o estás totalmente en contra del terrorismo o estás haciéndole el juego", y afirmó que no le molesta que le acusen de haber sido "utilizado", ya que, según dijo, "si he sido utilizado contra el terrorismo, ojalá estuviésemos todos utilizados así".
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Para Larrinaga, el "problema" del País Vasco reside en que todas las personas deberían hacer una autocrítica y darse cuenta de que "ni existe libertad, ni se respetan los derechos humanos cuando los ediles de la oposición, los jueces y los curas o jesuitas que, como yo, somos un poco intrépidos y atrevidos, tienen que andar con escolta".
En este sentido, instó a la Iglesia vasca a recapacitar también sobre su apoyo a las víctimas del terrorismo para valorar "si nuestra actuación ha sido fiel al evangelio" y le reprochó que, con anterioridad, no se haya acercado a este colectivo "ni para consolar". "La Iglesia no ha sido fiel a su esencia: dar calor", agregó.
El párroco rechazó, asimismo, la existencia de un terrorismo "que ha impuesto el terror y el miedo en el País Vasco" y denunció que "ésa no es una situación para vivir en el siglo XXI en Europa".
Por ello, aseguró que se marcha de Maruri porque en la localidad se vive una situación "insostenible" y que, con esta actuación, espera poner fin a una realidad "paranoica, de locos". "Yo podía haber aguantado un poco más, pero veía que los feligreses que venían y me apoyaban estaban pasando por un proceso de auténtico calvario", expresó. "Para ellos yo no quería que viviesen una situación de heroicidad, porque están machacados, perseguidos, acusados e, incluso, les amenazaban y eran mal vistos por los otros", añadió.
Sin desvelar su próximo destino, Larrinaga confesó que se tomará un año sabático "para descansar y hacer algún cursillo en alguna universidad", pero reconoció que, pasado ese tiempo, regresará a Euskadi "a otra Iglesia".
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El cura de Maruri: "He sentido pena, vergüenza y dolor por pertenecer a la Iglesia vasca, que no se acercaba a las víctimas del terrorismo para darles calor".




