Idi Amin, ex dictador Ugandés, muere en su exilio saudí
Se le acusó de hasta medio millón de asesinatos
El ex dictador ugandés Idi Amin Dada, que gobernó su país con mano de hiero durante los años 70, murió a los 78 años de edad de una claudicación renal en el Hospital Rey Faisal de la ciudad portuaria saudí de Yeda.
Idi Amin Dada falleció anoche tras estar en tratamiento desde hacía tres meses por hipertensión y "fatiga general", había ingresado a mediados de julio pasado en este centro médico en estado de coma. Durante su últimas semanas permaneció conectado a un respirador artificial en la unidad de cuidados intensivos, y estaba inconsciente.
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Nacido en 1925 en lo que hoy es Uganda, Idi Amin fue un hombre de grandes dimensiones físicas y dotado de una extraordinaria fuerza, que le permitió ganar en varias ocasiones el campeonato de boxeo de su país en la categoría de pesos pesados.
Sin embargo, no cursó estudios y era prácticamente analfabeto cuando a los 20 años se enroló en el Ejército británico, donde prestó servicios en el Cuarto Regimiento de Fusileros Reales de África.
Llegó al poder en enero de 1971 tras derrocar al régimen del presidente Miltón Obote, fue depuesto en 1979 por una coalición de milicianos ugandeses y el Ejercito de la vecina Tanzania.
El ex mandatario, de fe musulmana y calificado por sus críticos de "paranoico" y "megalómano", fue conocido por ser un acérrimo enemigo de Israel pero también por sus extravagancias y sus exhibiciones de crueldad. Es considerado uno de los más
sanguinarios dictadores del siglo XX al que se atribuyen hasta 500.000 muertes, que le valieron el terrorífico apodo de "El carnicero de Kampala".
Tras ser despojado del poder, Idi Amin huyó a Libia y luego a Irak, desde donde se trasladó a Arabia Saudí, cuya familia real le concedió asilo político a condición de que no participase en actos públicos o hablara ante los medios de comunicación. Su régimen fue acusado de haber asesinado a alrededor de 500.000 personas en abusos sistemáticos de los derechos humanos, incluidos secuestros, torturas y asesinatos.
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Una miembro del Congreso Nacional Africano recuerda tras la muerte de Idi Amin que su liderazgo fue "brutal, cruel y sanguinario"




