El TSJPV no admite a trámite el recurso de la Fiscalía contra la manifestación de mañana en Bilbao
Desautoriza a la Fiscalía y alega, entre otras razones, que prohibir la manifestación podría "alterar el orden público"
La Sala de Vacaciones de Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ha acordado no admitir a trámite el recurso contencioso-administrativo de la Fiscalía contra la decisión de la Consejería de Interior vasca de no prohibir la manifestación de mañana en Bilbao contra el "apartheid" y en defensa de la autodeterminación.
Según una nota pública del alto tribunal vasco, la resolución se funda en que "el Ministerio Fiscal no está legitimado para interponer dicho recurso" y en que "no existe actividad administrativa que pueda ser objeto de impugnación".
Según fuentes jurídicas, contra este auto cabe recurso ante el Constitucional, si bien no tendría efectos sobre la convocatoria de mañana. La Fiscalía presentó como prueba para el recurso "la entusiasta invitación" de la marcha por líderes de la ilegalizada Batasuna y los ejemplos recientes de convocatorias similares que dieron pie a la comisión de graves delitos de ultraje a la bandera y enaltecimiento del terrorismo.
PROHIBIR LA MANIFESTACIÓN "ALTERARÍA LA PAZ"
El Ministerio Fiscal consideró en su recurso que la no prohibición de la manifestación suponía un inaceptable aval administrativo a una conducta manifiestamente contraria a Derecho.
Igualmente señalaba que sólo el respeto a la ley y a los derechos de los demás pueden servir de fundamento de la paz social además de considerar acreditado que se incurría en "grave riesgo de alteraciones de orden publico", la "segura comisión de delitos", la "vulneración de otros derechos de los ciudadanos" y la "alteración de la paz social".
Fuentes del TSJPV han indicado que, al margen de la decisión de la Sala de Vacaciones del Alto Tribunal, la Fiscalía ha abierto un camino hasta ahora inédito, en base a la Ley Reguladora de Defensa democrática de 1983, que pretendió entonces garantizar los derechos políticos y que ahora, 20 años después, podría ser útil para evitar la "ofensa a los demás" y el "peligro a la integridad moral" de las víctimas del terrorismo.




