El asesino de Sonia Carabantes se hirió y dejó sangre en el lugar del crimen

El asesino de Sonia Carabantes se hirió durante el crimen y dejó rastros de sangre en el lugar donde fue hallado el cadáver de la joven, Sonia Carabantes, de 17 años de edad, concretamente algunas gotas de sangre en una tulipa, según informaron a Europa Press fuentes de la investigación.

Las mismas fuentes precisaron que también se hallaron restos de sangre del presunto autor material del crimen en las uñas de la víctima, así como tejido epitelial, que podría corresponder a la piel de un brazo.

Estos descubrimentos podrían abrir una nueva vía de investigación para esclarecer el crimen de la joven asesinada en Coín (Málaga) el pasado mes de agosto.

En este sentido, destacaron la importancia de recabar la colaboración ciudadana en la localización del asesino de Sonia, ya que alguien del entorno de la joven podría haber llevado a la vista en las fechas de su desaparición algún vendaje que evidenciara haber sufrido una herida.

Estas son las últimas novedades del caso después de que ayer se conocera que existen vinculaciones entre el ADN encontrado en diversas pruebas halladas en el caso de la joven asesinada el pasado 14 de agosto en Coín y el de Rocío Wanninkhof, de 19 años de edad, quien tras desaparecer el 9 de octubre de 1999 en Mijas (Málaga), su cadáver apareció casi un mes después en un lugar apartado de Marbella.

De hecho, los investigadores han hallado restos de piel y sangre en una uña del cadáver de Carabantes y ahora en una tulipa abandonada en el escenario del crimen cuyo ADN coincide con el analizado en la colilla de un cigarrillo encontrado en el lugar donde se encontró el cadáver en el caso de Rocío Wanninkhof.

Además, ayer trascendió que las pruebas forenses también han descartado que la joven Sonia Carabantes sufriera una agresión sexual, hecho que se consideraba hasta ahora principal hipótesis.