Nueva York conmemora discretamente el segundo aniversario del 11-S
Busn no viajará a la Gran Manzana
Estados Unidos conmemoró hoy con recogimiento el segundo aniversario de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 y honró la memoria de los más de 3.000 fallecidos en diversas ceremonias celebradas por todo el país.
Al contrario que el año pasado, cuando el presidente George W. Bush viajó a los lugares atacados en Nueva York, Washington y una zona rural de Pensilvania, el protagonismo fue para los familiares, que leyeron, uno a uno, los nombres de las 3.016 personas muertas.
A las 08.46 hora local (12.46 GMT), momento en el que el primer avión secuestrado se estrelló contra el World Trade Center de Nueva York, el país entero se detuvo durante unos instantes.
Nueva York fue el centro de las conmemoraciones y en la llamada "zona cero", el solar donde se erigían las Torres Gemelas, se vivieron los momentos más intensos y emotivos de la jornada.
SIN PROTAGONISMO POLÍTICO
No estuvo finalmente el vicepresidente, Dick Cheney, a quien el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, pidió que no asistiera para evitar que un excesivo despliegue de seguridad restara protagonismo y libertad a los familiares y los amigos de las víctimas.
Cheney se quedó en Washington y acudió junto a Bush y sus respectivas esposas a un acto religioso a primera hora de la mañana en una iglesia episcopal que hay frente a la Casa Blanca.
Tras la misa, Bush manifestó que hoy "recordamos las vidas perdidas, recordamos los actos heroicos, recordamos la compasión, la dignidad de nuestros compatriotas en ese terrible día".
"Hoy nuestra nación recuerda. Rememora un día triste y terrible, el 11 de septiembre de 2001", subrayó Bush, quien decidió declarar esta jornada como "Día Patriótico" para los años sucesivos.
Posteriormente, Bush participó en un momento de silencio junto a cientos de trabajadores en uno de los jardines de la Casa Blanca.
En el área de Washington, la principal conmemoración se celebró en el Pentágono, donde se guardó un momento de silencio a las 09.37 hora local (13.37 GMT), para recordar a las 184 personas muertas en ese lugar.
El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, participó en una ceremonia en el cercano cementerio de Arlington (Virginia), donde realizó una ofrenda floral en memoria de los muertos y pidió no bajar la guardia en la lucha contra el terrorismo en todo el mundo.
"Si no combatimos a los terroristas en Irak, Afganistán y otras partes del mundo, algún día tendremos que hacerles frente aquí, y muchos seres inocentes, hombres, mujeres y niños morirán", señaló el secretario de Defensa ante familiares de las víctimas.
LAS OBRAS DE LA ZONA CERO
De momento en la "Zona cero" lo que se hace es asegurarse de que los cimientos están limpios de restos humanos. De hecho, hace 5 días se ha encontrado un fémur de una víctima que enseguida se cotejó con muestras de ADN. Pero el resto es lo que se ve en televisión, un solar cerrado con una valla alta de la que cuelgan fotografías del proceso de construcción de las torres gemelas.
Es, lógicamente un centro turístico, con miles de visitantes cada día, con puestos colocados en la calle en los que venden fotografías, camisetas, gorras con lemas que van desde lo funesto hasta lo patriótico.
Ahora faltan años y años de trabajo para que esté acabado el proyecto que se aprobó para la "Zona cero", que algunos llaman Los Jardines Colgantes de Manhattan. Va a tener una pequeña zona verde llamada Parque de los Héroes y, alrededor, varios edificios de oficinas. El principal va a ser todavía más alto de lo que eran las torres gemelas.
Medían 410 metros, el nuevo edificio va a superar el medio kilómetro de altura. Se llamará la Torre de la Libertad, será un edificio de oficinas porque el precio del suelo en Nueva York es demasiado caro como para mantener vacío todo el solar. Hay quien opina lo contrario: cada día, varias decenas de familiares de víctimas se manifiestan allí para intentar que no se edifique sobre el lecho de las Torres Gemelas. No lo van a conseguir porque el proyecto ya está aprobado.
EL 11-S PIERDE INTERÉS
Se han publicado en estos dos años en torno a 300 libros sobre el 112 de septiembre o la lucha contra el terrorismo, y las editoriales y las librerías saben que sólo muy pocos se han convertido en best-sellers.
Venden mucho las historias personales, mucho más que los trabajaos de investigación; vende por ejemplo, el libro que escribió la viuda de un pasajero del vuelo de Pensilvanya que supuestamente organizó una revuelta contra los secuestradores para estrellar el avión en el campo en lugar del sitio al que iba dirigido, que se supone que era la Casa Blanca.
Ahora hay mucha expectación por el libro de Jessica Lynch, la soldado que fue rescatada en Irak en una misión que el Pentágono describió como heroica y que resultó ser más bien chapucera.
Lo mismo pasa con las películas, hubo muchos documentales en el primer aniversario, ahora sólo ha habido un telefilm sobre el comportamiento de Bush en el 11-S. Lo protagoniza un actor que es clavado al presidente, pero la película, que se emitió hace un par de días, es vergonzosamente pro-Bush. Un crítico de televisión aseguró tras ver la serie que sólo faltaba sacar a Bush motado a caballo invadiendo Afganistán. Se ha sabido que el guionista es un tipo que trabajó en la Casa Blanca como escritor de discursos para el presidente.
EL MUNDO ES AHORA MÁS PELIGROSO
En los últimos días han aparecido muchas encuestas muy significativas sobre la percepción de los norteamericanos dos años después de los atentado. Una de ABC llega a revelar que los estadounidenses tienen ahora más miedo a nuevos atentados que hace un año, es decir, saben que la política de Bush, la invasión de Irak, puede generar aún más odio hacia este país. Tres de cada cuatro encuestados están convencidos de que el mundo es más peligroso ahora que hace un par de décadas, cuando todavía estábamos en la guerra fría. Pero cuando se les pregunta: ¿a qué debería dedicar Bush el grueso de su tiempo, a mejorar la economía o a luchar contra el terrorismo? dos de cada tres responden: a la economía.
Esto es muy importante porque, como suele recordarse, el padre del presidente ganó una guerra contra Irak y expulsó a Sadam Hussein de Kuwait, pero luego perdió las elecciones frente a Clinton. Bush está ahora mismo en sus peores momentos en sus índices de aprobación ante la opinión pública, por debajo incluso del 50%. La suerte para él es que el partido demócrata no tiene ahora a ningún Clinton, tiene a un grupo de candidatos, a cuál más gris.
Este año Bush se distancia de las ceremonias del 11-S pero el año que viene, cuando a un mes y pico de las elecciones, el Partido Republicano ha decidido celebrar la convención presidencial en Nueva York justo antes del tercer aniversario, es decir, van a sacar el máximo jugo político posible al perfil de Bush como supuesto líder del país en momentos difíciles.




