La Cadena SER hace públicas dos cartas de la familia del capitán Ignacio González Castilla, fallecido en el accidente del Yak 42, en las que critican la actitud de Defensa y exigen responsabilidades
Carta del padre, José Luis González Arribas: "No puedo más que calificar como decepcionante la reacción de ciertas autoridades públicas desde que se produjo el accidente, sólo hemos recibido de ustedes palabras inconvenientes, malos gestos y descalificaciones hacia las familias, promesas incumplidas, informaciones contradictorias y ocultación de datos" Carta de la madre, Eloína Castilla: "Dadme al menos el consuelo de la verdad, dejadme conocer la razón de la que nace mi dolor, no me castiguéis más con vuestra dejadez y vuestra indiferencia, dejad de fabricar más mentiras, no juguéis ni hagáis política con mis sentimientos y encarad, de una vez por todas, vuestras responsabilidades"
La Cadena SER ha dado a conocer esta mañana dos cartas de los padres de Ignacio González Castilla, capitán de Ingenieros fallecido en el accidente del Yak 42 el pasado 16 de mayo junto a otros 61 militares en Turquía, en las que expresan su malestar por la actitud de las autoridades ante este siniestro y piden al Ministerio que permita que se esclarezca todo lo sucedido. La carta del padre, José Luis González Arribas, general de Intendencia en la Reserva fue remitida el pasado lunes al ministro de Defensa, Federico Trillo. Un hermano del militar fallecido, Patxo González Castilla, ha pedido en los micrófonos de Hoy por Hoy que la Cadena SER hiciera pública la carta de su madre, Eloína Castilla.
Ignacio González Castilla tenía 32 años, era capitán de Ingenieros, y estaba destinado en Castillo del Val, Burgos. Ha dejado viuda, María, y tres hijos: Ana, María y Fernando, de cinco, tres y un años, respectivamente.
A continuación, reproducimos íntegramente el texto de la carta de José Luis González Arribas, padre del militar fallecido:
CARTA AL MINISTRO DE DEFENSA
Excelentísimo señor Don Federico Trillo-Figueroa y Martínez-Conde,
Desde el pasado 26 de mayo, día en el que se produjo en Turquía la muerte de mi hijo -el Capitán Ignacio González Castilla-, he mantenido una actitud de respeto hacia el Ministerio para no perjudicar a una ,institución para la que he dado la mayor parte de mi vida, porque siempre me he sentido muy orgulloso de servir al ejército español y de servir a mi país, una labor que he desarrollado durante cincuenta años.
Sin embargo, ese respeto no se ha visto traducido a un trato igual por parte de los responsables políticos del Ministerio de Defensa, y en concreto por usted. Por esta razón, no puedo más que calificar como decepcionante la reacción de ciertas autoridades públicas desde que se produjo el accidente del Yak 42 el pasado 26 de mayo. En él murieron 62 militares españoles. Ellos dieron su vida por España, pero me pregunto: ¿qué están haciendo los políticos que rigen nuestro país por ellos? Y no lo olvide, señor ministro, tanto mi hijo como sus 61 compañeros y los que están ahora desempeñando labores humanitarias en países en conflicto, estuvieron y están desempeñando un trabajo encomiable por la paz en el mundo. Un trabajo que, encima, en ningún momento ustedes se han preocupado por difundir.
Sólo hemos recibido de ustedes palabras inconvenientes, malos gestos y descalificaciones hacia las familias, promesas incumplidas, informaciones contradictorias, ocultación de datos* Usted, señor ministro, dice que *comparte nuestro dolor* pero llego a pensar, en muchas ocasiones, que es usted mismo quien lo alimenta.
Desde la indignación que me produce todo esto, tengo que dejar bien claro que un ejército profesional como el que tenemos no se merece responsables políticos tan incompetentes, que actúan desde la prepotencia y que no asumen sus responsabilidades.
Señor ministro, mi hijo siempre se caracterizó por su discreción a la hora de desempeñar su labor y por respeto hacia él, pensé que no iba a llegar a este extremo. Pero me veo obligado a hacer público mi descontento hacia la labor del ministerio. No sólo pido que se sepa cuanto antes la verdad, algo que, desde luego, no se sabrá gracias a ustedes. Desde aquí les solicito que, al menos, no obstaculicen cualquier investigación que se inicie y, sobre todo, que asuman públicamente su incompetencia. Sólo de esta forma podremos decir que los responsables políticos están a la altura que el Ejército español se merece.
Por la obediencia debida, a sus órdenes.
José Luis González Arribas
General de Intendencia
En declaraciones a Hoy por Hoy, Patxo González Castilla, hermano de Ignacio e hijo del general José Luis González Arribas, ha confirmado que la familia ha autorizado a la Cadena SER a hacer pública esta carta y ha añadido: "a mi padre le ha costado cinco meses escribir esta carta y creo que está claro su malestar, indignación, de él y el de toda la familia". González Castilla ha añadido que todavía no han recibido ninguna respuesta a esta misiva, enviada el lunes pasado al ministro de Defensa.
Patxo González Castilla ha matizado que en la carta "lo que se detalla sobre todo es esta cadena de declaraciones o inconveniencias del Mnisterio de Defensa, en concreto, del ministro. Podíamos llegar a entender que pueda ocurrir un accidente, bueno de este calibre no, pero lo que no entendemos es todo lo que ocurrió después. Desde el día del funeral en que el ministro tuvo unas palabras bastante inconvenientes con las familias hasta los últimos acontecimientos, todas las informaciones que estamos consiguiendo averiguar, que luego se desmienten, que luego ocultan... eso montó una cadena de inconveniencias y despropósitos".
El hermano del militar fallecido en el Yak-42 ha añadido que su madre ha escrito otra carta, que no se ha enviado al ministro de Defensa, y ha pedido que la Cadena SER la hiciera pública. De ella, González Castilla ha dicho: "es una carta más expresando el sentimiento de una madre. Sólo con pensarlo ya se me ponen los pelos de punta, me emociono y no podría ni transcribir todo lo que ella dice".
A continuación, reproducimos íntegramente el texto de la carta de Eloína Castilla, madre del militar fallecido:
Carta abierta a los medios de comunicación de Eloína Castilla, madre del capitán de Ingenieros Ignacio González Castilla, fallecido en el accidente del Yak 42.
Me imagino sus caras de alegría y su alma llena de paz después de haber llevado a cabo esa misión tan gratificante, la despedida de sus compañeros, llena de abrazos, el rostro sonriente y un hasta pronto. También me imagino su gesto al subir a aquel *avión* en el que iban a emprender el viaje de regreso a casa, para seguir dando amor y cariño a los suyos. Pero la ilusión en el reencuentro se resquebrajó de golpe en una colina turca. Ellos estaban llenos de generosidad y todo lo daban, pero también necesitaban del abrazo y los besos de todos cuantos hoy les lloramos y no les olvidamos. Eran generosos y nada pedían, pero se les debe respeto, se merecen que se les trate, al menos, con la misma dignidad con la que ellos cumplieron con su deber, con la que ellos encararon su misión y su destino. Pero sobre todo, ellos y todos cuantos les añoramos, merecemos la verdad,. Estamos cansados de que con tanta mentira se haya pretendido construir un muro de olvido y desesperanza. Cada día una nueva noticia que no permite cicatrizar una herida incurable, una nueva evidencia de que nada es como se nos ha dicho, una nueva puñalada en nuestro corazón y en su recuerdo, sin un momento de respiro, de reposo, de descanso. Ellos no merecen este trato
Corazones rotos pedimos justicia.
El ejercito ha perdido unos buenos soldados, grandes, leales y generosos soldados, hombres nobles, compañeros magníficos.
Sus viudas, sus hijos, sus padres, sus hermanos, sus amigos, se han quedado huérfanos de su amor, de su cariño, de su compañía, vacíos de su presencia, solos con su recuerdo imborrable, irremplazable. Todos hemos perdido mucho con su ausencia, pero yo, como madre he perdido a mi pequeño, me han quitado a mi pequeño y nadie podrá devolvérmelo jamás y la magnitud de este dolor no pueden ustedes entenderla, ni siquiera imaginarla, porque solo puede ser comprendida por alguien que viva mi misma situación, porque nadie puede ponerse en el lugar de una madre que pierde a su hijo sino otra madre que sufra la misma pérdida (Desgraciadamente somos muchas las madres que compartimos la misma angustia desde aquel 26 de mayo). Dadme al menos el consuelo de la verdad, dejadme conocer la razón de la que nace mi dolor, no me castiguéis más con vuestra dejadez y vuestra indiferencia, dejad de fabricar más mentiras, no juguéis ni hagáis política con mis sentimientos, porque mi dolor es algo real, angustiosa y terriblemente real y no un puñado de palabras en un discurso.
Sed nobles y dignos como lo fueron ellos. No os escondáis tras falsas excusas e informaciones a medias y aceptad y encarad, de una vez por todas, vuestras responsabilidades.
Corazones rotos pedimos justicia.




