Un periodista infiltrado pasa dos meses al servicio de Isabel II
Nuevo fallo en la seguridad de la familia real británica
Londres
En el día en que Londres se ha convertido en el bastión de la seguridad mundial por la visita de George Bush, ha salido a la luz un nuevo fallo en la seguridad del entorno de la familia Real. El Gobierno ya ha ordenado una investigación.
El primer ministro británico, Tony Blair, ya ha ordenado una "revisión a fondo" de la seguridad en el Palacio de Buckingham, después de que un periodista trabajase como criado de la Familia Real británica pese a presentar credenciales falsas.
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En una declaración de urgencia ante el Parlamento, el ministro británico de Interior, David Blunkett, anunció que Blair ha ordenado una investigación a la Comisión de Seguridad, que deberá emitir su dictamen antes de fin de año.
Blunkett admitió que hay razones para estar preocupados, pero aseguró que en ningún momento la reina o el presidente de Estados Unidos llegaron a estar en peligro pero admitió que puede haber "lecciones que aprender".
DOS MESES AL SERVICIO DE LA REINA
Un reportero del "Daily Mirror", Ryan Parry, ha estado trabajando hasta anoche mismo en el palacio de Buckingham y ha él mismo se ha marchado (no es que le hayan descubierto). Llevaba dos meses al servicio de Isabel II, preparando su desayuno, con acceso a los aposentos reales o acompañándola en la carroza real.
Uno de los titulares del periódico, que dedica quince páginas a la historia, decía "He podido envenenar a la reina". Hay fotos del reportero en todas las habitaciones del palacio incluida la "suite Belga", la habitación donde esta noche ha dormido el presidente de EEUU, George Bush.
Esta foto de la cama presidencial habrá dejado sin habla a los servicios de seguridad norteamericanos, que han preparado con celo la visita.
El periodista solicitó el empleo a través de una oferta en Internet. Se limitó a falsificar sus referencias y nadie las comprobó.