Gore apoya la candidatura de Dean en las presidenciales de EEUU
El anuncio se hará oficial hoy en un acto político en Harlem
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Tras el anuncio, ambos viajarán juntos a Iowa, donde el 19 de enero arrancará el proceso de las primarias, y Dean volará después al Estado de New Hampshire, donde los ocho aspirantes demócratas que continúan en liza celebrarán un nuevo debate televisado.
El apoyo del ex vicepresidente reforzará aún más la campaña de Dean para ganarse el voto de los demócratas, que todavía se lamen las heridas de los comicios presidenciales del año 2000. Gore consiguió más votos que Bush en esas elecciones, pero se quedó sin la Presidencia tras un caótico recuento de votos en Florida y una controvertida decisión del Tribunal Supremo.
El ex vicepresidente anunció el 16 de diciembre de 2002 que no volvería a optar a la Presidencia para "evitar que la campaña se convierta en un desquite entre el presidente Bush y yo".
Esta decisión y la de la ex primera dama Hillary Clinton, hoy senadora por Nueva York, de reservarse por lo menos hasta 2008 dejaron muy abierta la pelea entre los demócratas, que harán de Irak y de la mala situación económica el eje de su campaña frente a Bush.
Pese a no tener un gran aparato mediático y económico detrás, Dean encabeza en estos momentos las preferencias de los demócratas que acudirán a las urnas, según los sondeos, y cuenta ya con decisivos apoyos de organizaciones sociales y sindicales. En las últimas semanas, dos importantes centrales sindicales expresaron su apoyo a Dean, a quien una encuesta difundida ayer por la cadena de televisión CNN le daba un 24 por ciento de voto demócrata frente a un 17 por ciento del ex general Wesley Clark.
Los analistas de algunos medios nacionales coincidieron en las últimas horas en señalar que el apoyo de Gore a Dean puede ser casi definitivo para dirimir la batalla y que el anuncio responde a la urgencia demócrata de tener cuanto antes un candidato con garantías de derrotar a Bush.
El presidente está recaudando cifras históricamente altas para financiar su campaña de reelección y la única garantía de hacerle frente, a menos de un año de la cita en las urnas, sería que el electorado identificara cuanto antes al candidato demócrata.
La apuesta de Gore supondrá un golpe especialmente fuerte contra la candidatura del senador Joe Lieberman, que hubiera sido su vicepresidente en caso de haber ocupado la Casa Blanca en 2001. Tras conocer la noticia, Lieberman declaró a los periodistas en una breve declaración que no iba a variar el rumbo ni su "intención de luchar por lo que creo: mi partido y mi país".
Lieberman es el más conservador entre los aspirantes demócratas y en los últimos meses ya había dejado ver sus claras diferencias con Gore con respecto a asuntos como la guerra de Irak, a la que tanto ex vicepresidente como Dean se opusieron desde el principio.