Internacional

Una cama y una nevera, los lujos de Sadam

Los periodistas visitan el agujero donde se escondía el ex presidente de Irak

Una pequeña cama, un frigorífico y algo de fruta eran todos los lujos del zulo donde es escondía el ex presidente iraquí, Sadam Husein, detenido el sábado ocho meses despuès de la caída de su règimen.

Según comprobaron hoy algunos corresponsales, el habitáculo que acogía al hombre más buscado de este país tiene apenas 1,8 por 2,5 metros, y solo se puede acceder a èl por un agujero tapado con ladrillos, camuflados por una alfombrilla y basura.

De acuerdo con el relato del coronel James Hickey, responsable de la operación Amanecer Rojo, a última hora de la tarde del día de la captura, las fuerzas de EEUU consiguieron información sobre dos posibles escondites de Sadam.

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La sorpresa les esperaba en una abandonada granja de palmeras que se encuentra a unos 100 metros del orilla del río Tigris y en la que descubrieron el zulo, que nada tiene que ver con los lujosos palacios a los que estaba acostumbrado Sadam.

Los pequeños rayos de luz que iluminaron el escondite cuando los soldados desbrozaron la entrada dejaron sólo entrever las manos de una persona que al poco se identificaba como Sadam Husein.

"QUIERO NEGOCIAR"

"Soy el presidente de Irak y quiero negociar", dijo la voz de un cansado y abatido dictador que en ningún momento mostró resistencia a pesar de que junto a èl se encontraron dos fusiles del tipo AK-47, además de 750.000 dólares.

"Recuerdos del presidente Bush", fue la frase con el que le contestaron los militares, según explicó el mayor Rayan Reed, que tambièn participó en la operación y que reveló que, para sorpresa de todos, el arresto se produjo sin disparar una sola bala.

Lo que, por el contrario, a nadie extrañó fue que Sadam se hubiera refugiado en Tikrit donde, además de beneficiarse del apoyo de su tribu y familiares, cuenta con el respaldo de simpatizantes con su règimen concentrados en esa región del centro de Irak.

Tikrit forma parte del denominado "triángulo suní", donde se ha practicado el mayor número de ataques de los insurgentes contra las tropas de Estados Unidos, que costaron la vida a más de 190 militares desde el fin de la guerra el 1 de mayo.

UN FAMILIAR DELATOR

El entorno favorable no parece haber sido, sin embargo, suficiente para frenar la codicia que despertaron los 25 millones de dólares ofrecidos para quièn ayudara a capturar al "número uno de la lista negra", como le describió el coronel Hickey.

Según la fuente, la detención del depuesto presidente iraquí fue posible gracias a la información facilitada por un familiar que había sido detenido en Bagdad -con otros miembros de la tribu de Sadam, días antes de la operación-, y que puede haber recibido la totalidad o parte de la recompensa.

"Si hubiese sabido que Sadam estaba aquí, le hubiese defendido", aseguraba, no obstante, hoy un campesino que observaba a los periodistas mientras esperaban para examinar el lugar y que, a buen seguro, no merodeaba por los alrededores el día de la captura.