Arzalluz, del nacionalismo moderado al soberanismo y el enfrentamiento

Xabier Arzalluz abandona la presidencia del PNV 23 años después de que llegara al cargo y convertido en el tercer presidente más influyente de este partido en sus 108 años, tras el fundador Sabino Arana y Juan de Ajuriagerra, quien dirigió el PNV desde la II República hasta la restauración de la democracia.

El 24 de agosto de 1932 nacía Xabier Arzalluz Antia en Azkoitia (Guipúzcoa), según la tradición de su familia carlista debería haberse llamado Bartolomé por ser el santo de ese día, e ingresó en el seminario con 10 años. Abandonó la Compañía de Jesús cuando ya se había licenciado en Derecho y Filosofía en Zaragoza y ampliaba estudios en Alemania.

Ejerció la docencia en la Universidad madrileña y fue profesor de la Facultad de Económicas de Bilbao y de la Universidad de Deusto. En 1968 se afilió al PNV y en 1971 se integró en las ejecutivas clandestinas del PNV, tanto en la vizcaína (BBB) como en la nacional (EBB).

A la muerte de Franco ya era uno de los máximos dirigentes del PNV. Durante el periodo de 1977 a 1979 ocupó el único cargo público que ha ostentado en su carrera, el de diputado y portavoz del PNV en el Congreso.

En aquel momento comenzaron sus fricciones con Garaikoetxea, presidente de EBB, quien le acusa de no cumplir la orden del EBB de oponerse a la Constitución en el Congreso. También integró la comisión que negoció con el Gobierno de Suárez el Estatuto de Gernika.

En 1979, preparándose para relevar a Garaikoetxea cuando se convirtiera en lehendakari, renuncia al acta de diputado y accede a la presidencia del PNV de Vizcaya en medio de una fuerte crisis interna.

Un año después, ocupó por primera vez la presidencia del EBB y renovó el cargo en 1982 para otros dos años. En 1984, por limitación estatutaria, lo dejó y se convirtió durante dos años en "militante de base", aunque para muchos era el presidente "en la sombra".

En aquel periodo, el PNV vivió su mayor crisis interna, que culminó en 1986 con la escisión de Eusko Alkartasuna y el retorno de Arzalluz a la presidencia del PNV, cargo que ha renovado en cuatro ocasiones (1988, 1992, 1996 y 2000).

DE LA MODERACIÓN…

Político controvertido y brillante orador, siempre improvisa sus discursos y es autor de multitud de frases polémicas, Arzalluz es idolatrado por las bases del PNV y el dirigente peor valorado en España, incluso en los periodos en los que apoyó los gobiernos del PSOE y del PP en minoría.

Durante años fue considerado un nacionalista moderado y pragmático, aunque recuperase las máximas aspiraciones nacionalistas en las grandes citas del Aberri Eguna (Día de la Patria vasca) y del Alderdi Eguna (Día del Partido) y fuera por ello acusado de "ambigüedad".

En este periodo destacó su discurso en la Asamblea del PNV de 1988, conocido como el "espíritu del Arriaga", en el que dijo que Euskadi es de todos los vascos e hizo autocrítica por la concepción "antidemocrática" que tuvo a menudo el PNV por entender Euskadi como un "patrimonio nacionalista" y "equiparar el concepto de vasco con el de nacionalista". Ese mismo año fue uno de los firmantes del Pacto de Ajuria Enea.

En cambio, desde 1998, cuando se produjo la Declaración de Estella y la tregua de ETA, ha defendido las tesis soberanistas dentro del PNV y renegado de la política moderada realizada los diez años anteriores, que atribuyó al trauma causado por la escisión de EA.

También ha calificado de "michelines del partido" a los sectores del PNV más reticentes ante esta nueva estrategia. Este cambio ha motivado que algunos de sus antiguos colaboradores, como Román Sudupe, que le sucedió en la presidencia del EBB en 1984, hayan asegurado "no reconocer" al Arzalluz de los últimos años, pese a que él dice no haber cambiado.

En su último año Arzalluz ha sufrido sus mayores "derrotas" públicas dentro del PNV al ver cómo sus candidatos a presidente del EBB, Joseba Egibar, y a Diputado General de Vizcaya, Josu Bergara, eran vencidos por los promovidos por la nueva generación que dirige el PNV de Vizcaya.