Alain Juppé, ex primer ministro francés, condenado a 18 meses de cárcel
Por un caso de financiación ilegal de partidos
El presidente del partido gobernante UMP, Alain Juppé, ha sido condenado a 18 meses de cárcel sin cumplimiento por el Tribunal Correccional de Nanterre (afueras de París) por un caso de financiación ilegal de partidos, pero va a apelar.
Esa inesperada decisión de apelar deja en suspenso la condena y su inhabilitación política durante 10 años, que se aplica de forma automática a las personas condenadas por delitos relacionados con la financiación ilegal de partidos, en aplicación del Código electoral.
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El ex primer ministro y actual alcalde de Burdeos (suroeste de Francia) había anunciado que dejaría la política si era condenado a una pena de inhabilitación, como así ha sido, y que no recurriría la sentencia.
Juppé asistió sin inmutarse a la lectura de la sentencia y dejó la sala sin hacer declaraciones a la prensa.
Su abogado, Francis Szpiner, justificó la apelación por la dureza de la sentencia, pues el tribunal fue más allá de lo solicitado en octubre pasado por la Fiscalía, que pidió ocho meses de prisión y una multa contra el presidente de la UPM.
CONTRATOS ILEGALES
Juppé ha sido considerado culpable de apoderamiento ilegal de intereses durante su etapa como secretario general del neogaullista RPR (1988-1995) y adjunto de finanzas en el Ayuntamiento de París (1983-1995), cuando el actual jefe de Estado, Jacques Chirac, era primer edil de la capital francesa.
La justicia reprocha a Juppé haber contratado a siete personas a cargo de las arcas municipales, pero que trabajaban en realidad para el RPR, fundado por Chirac y que es la columna vertebral de la UMP (Unión por un Movimiento Popular).
UN PROBLEMA DE FUTURO PARA CHIRAC
El hecho de que Juppé haya apelado la sentencia para intentar lavar su honor le permite mantenerse en activo en la vida política, al menos, el tiempo que tarde en juzgarse de nuevo el caso.
Eso no evita la incertidumbre que pesa ahora sobre su futuro político, que ya no pasará evidentemente por una incorporación en el Gobierno barajada de cara a una próxima remodelación, y sobre la estabilidad de la UMP, de la cual Juppé fue el maestro creador y la pieza clave para dar estabilidad a las diferentes sensibilidades.
Aunque Juppé alargue con la apelación su estancia en política, el escenario actual enturbia la renovación del equipo directivo de la UMP, prevista en noviembre próximo, y pone sería trabas a las ambiciones presidenciales de Juppé, protegido y delfín de Chirac, quien le definió hace diez años como "el mejor de nosotros".
El jefe del Estado tendrá que activar ahora lo que se ha dado en llamar la operación "TSS" ("todo salvo Sarkozy") para contrarrestar el empuje del ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, quien ha proclamado ya sus ambiciones presidenciales para 2007 y quien podría lanzar un órdago a la presidencia de la UMP en el próximo congreso de noviembre, lo que le abriría una autopista al Elíseo.




