Nikolaidis salvó al Atlético y castigó a un Osasuna complaciente

Un gol del griego Nikolaidis en el tiempo de descuento, cuando el Atlético casi había perdido la esperanza, le dio al equipo de Gregorio Manzano un punto que le supo a gloria y castigó a un Osasuna demasiado complaciente, que no quiso imponer su superioridad, pese a jugar con el marcador a favor y un hombre más el cuarto de hora final.

Con la vista puesta en ese cuarto puesto que augura un futuro entre los grandes, Atlético y Osasuna ofrecieron un partido marcado las precauciones, falto de ritmo, que se resolvió por un acto decoraje de Nikolaidis, tras el último saque de esquina del encuentro.

Entregó el balón el conjunto de Gregorio Manzano, que tampoco tuvo salida al contragolpe, y le sobró convencimiento al del técnico mexicano Javier Aguirre, que mandó en el centro del campo pero no se apuró por llegar al área contraria.

Lastrado por el argentino Ariel Ibagaza, desorientado en una función que no aclara si es un creador de juego o un medio punta, y por la escasa aportación del uruguayo Gonzalo de los Santos, que tampoco encuentra su posición para recuperar o dar salida al balón, el Atlético vivió entregado al juego de Fernando Torres, el tiempo que el "Niño" estuvo en el campo.

Jugó Torres gracias a la suspensión cautelar de su sanción y el Atlético pudo maldecir esa decisión, porque Torres se retiró lesionado al filo de la media hora, tras un choque con el meta osasunista.

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Hasta ese momento, fue el único que creó peligro, aunque para ello tuviese que bajar casi al centro del campo en busca del balón.

Osasuna vivió tranquilo, por eso, y esperó su momento. Aguirre situó a Valdo como media punta y quiso que, junto al camerunés Webo, se dejase caer a la banda, que sacase de sitio al argentino diego Simeone.

Lo logró el camerunés en el minuto 25, cuando dejó en evidencia al "Cholo" junto a la banda derecha y centró para que Valdo se anticipase a Juanma.

Como casi acto seguido se lesionó Torres, el Atlético entró en un estado de depresión, del que no salió ni con el voluntarioso esfuerzo del griego Demis Nikolaidis, ni con las acometidas por la izquierda del defensa argentino Matias Lequi.

Y tampoco mejoró con la entrada, tras el descanso, de Alvaro Novo, aunque le permitió afianzar su defensa, sin Simeone, con Lequi de central y Carlos Aguilera en la izquierda.

Si mantuvo la esperanza de arreglar el resultado fue porque encontró un Osasuna demasiado cómodo, que se sintió poco exigido y jugó al paso, a la espera de que otro error del rival le pusiese el encuentro en bandeja.

Dio un par de pasos atrás y, aunque el Atlético tampoco supo muy bien qué hacer con la pelota, sí le ofreció la posibilidad de acercarse con más frecuencia a su área, de convertir su juego trompicado en ocasiones de gol.

La expulsión por doble amarilla de Aguilera le brindó al equipo de Aguirre la oportunidad de retomar el control del encuentro en el cuarto de hora final, pero la despreció y el Atlético se encontró con el empate gracias a un acto de fe de Nikolaidis, que buscó el último balón al área, que metió la cabeza a la desesperada en el minuto 93.