La condena a Juppé convulsiona a la derecha francesa
Srkaozy y Raffarin no disimulan sus intenciones de convertirse en sucesores de Chirac
La condena a 18 meses de prisión exentos de cumplimiento y a diez años de inhabilitación dictada hoy contra el jefe del partido gobernante UMP, Alain Juppé, ha convulsionado a la derecha francesa, a menos de dos meses de la próxima cita electoral.
El primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, se mostró "sorprendido" por esta decisión judicial "provisional" y destacó que Francia "necesita" a Juppé", al que tildó de "hombre de Estado y honor".
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Juppé, ex primer ministro y actual alcalde de Burdeos (suroeste de Francia), había dicho que abandonaría la política si era condenado a una pena de inhabilitación, como ha sucedido. Su intención de apelar la sentencia, anunciada por sus abogados, deja en suspenso la aplicación de la misma, lo que le permite conservar sus mandatos de alcalde y de diputado. Se desconoce, por el contrario, cuál será la decisión final de Juppé, quien se ha tomado el fin de semana para "reflexionar" y se pronunciará el "lunes o el martes".
Esas fueron las escuetas declaraciones de un lívido Juppé ante un grupo de periodistas que logró darle alcance antes de que abandonase el tribunal por una puerta lateral, tras haber escuchado una sentencia particularmente severa.
SUS DELITOS
Juppé, de 58 años, ha sido considerado culpable de apoderamiento ilegal de intereses durante su etapa como secretario general del neogaullista RPR (1988-1995) y adjunto de finanzas en el Ayuntamiento de París (1983-1995), cuando el actual jefe de Estado, Jacques Chirac, era primer edil de la capital francesa.
Ni Chirac, ni el ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, quien no esconde sus ambiciones presidencialistas, han reaccionado a la condena de Juppé, que ha provocado "gran tristeza", malestar e indignación no disimulada en las filas conservadoras, que tienen la vista puesta en los comicios regionales de marzo próximo.
Sea cual sea la decisión de Juppé, el favorito de Chirac para sustituirle en el Elíseo en 2007, no habrá "vacío de poder" en la UMP, afirmó el vicepresidente de esta formación política y alcalde de Marsella (sureste), Jean-Claude Gaudin. Este asumirá las riendas, como establecen los estatutos, si Juppé no asume su cargo hasta el congreso de noviembre próximo, cuando debe renovarse el equipo directivo de la UMP.
CARRERA POR LA SUCESIÓN
La condena de Juppé ha abierto la carrera por la sucesión de Chirac. Raffarin y Sarkozy no ocultan sus ambiciones: el primer ministro ya ha advertido de que es él quien dirige la mayoría conservadora desde Matignon. Sin embargo, la sociedad francesa tiene especial predilección por el ministro del Interior, el más popular de los políticos franceses y que en cada acto parece postularse como candidato presidencial. El problema de ambos es común: ninguno controla el aparato de la derecha francesa, hasta ahora en manos de Juppé.
Además, Chirac aún no ha dicho la última palabra. En Francia algunos analistas apuntan la posibilidad de que el presidente apadrine a alguno de sus fieles para frenar las ambiciones de Sarkozy, su gran enemigo político en estos momentos. Y entre esos fieles se encuentran algunos destacados miembros del Gobierno: el ministro de Asuntos Exteriores, Dominique de Villepin; la titular de Defensa, Michelle Alliot-Marie; o el ministro de Asuntos Sociales, François Fillon.




