Dutroux se durmió en el inicio de su juicio por asesinar y violar a cuatro niñas en Bélgica
Ocho años después de que el caso conmocionara a la sociedad
El juicio contra el pederasta Marc Dutroux comenzó hoy en Arlon, casi ocho años después de que la sociedad belga y europea querdaran conmocionadas con el hallazgo de cuatro cadáveres de niñas y adolescentes asesinados por el acusado, al que también que se imputa una larga lista de abusos sexuales.
El "proceso del siglo" o del "espanto", como ha llegado a denominarse en el país, comenzó en medio de una enorme expectación, ya que el caso puso en su momento en duda la credibilidad de la Justicia e hizo que unas 300.000 personas salieran a la calle durante las 'Marchas Blancas', en 1996
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La crueldad de Dutroux, un ex electricista de 47 años, causó un revuelo capaz de cobrarse el puesto de dos ministros, que dimitieron después de que el acusado burlara la custodia policial en 1998. Junto a él, se sientan otros tres acusados: su compañera Michelle Martín (44 años), por secuestro, retención ilegal y asesinato de menores; el ex drogadicto Michel Lelièvre, de 32 años, y el agente inmobiliario Michel Nihoul, de 64 años, por complicidad.
Las niñas, de edades comprendidas entre los 8 y los 19 años, eran recluidas, atadas con cadenas a sus camas, violadas y maltratadas, con el fin de grabar cintas de vídeo que terminaban en una red de pedofilia con tentáculos de una dimensión aún desconocida.
De forma paralela al proceso, los ciudadanos belgas ya han juzgado a los acusados. Además, el 88 por ciento, según una encuesta, considera que el proceso no logrará sacar todo a la luz puesto que consideran que Dutroux ha sido protegido por altos cargos.
En la retina de todos está aún la imagen cien veces emitida por televisión de la pequeña Sabine Dardenne en agosto de 1996, cuando tras 79 días de cautiverio en un sótano, era liberada y gritaba llorando "`Os quiero a todos!", al ser recibida por su familia.
Por su parte, el Gobierno belga puso todo su empeño en este juicio tras los múltiples errores judiciales y policiales que llevaron a que no se encontraran las niñas aún con vida en una de las casas registradas en 1996 o que no se visualizaran cintas aclaratorias hasta casi cuatro años después de haber sido encontradas.




