Aznar asegura que "a la gente normal" no le interesa "un gobierno débil"

El jefe del Ejecutivo, José María Aznar, ha contrastado hoy el "intenso y fecundo" diálogo social de Gobiernos "sólidos" como los que él ha encabezado con la imposibilidad de dialogar que tendría un Gabinete "débil", sometido a "condicionamientos partidistas" y "atado de pies y manos".

Aznar ha advertido de los riesgos de un Gobierno debilitado en el acto celebrado en el Palacio de la Moncloa en el que recibió la medalla de la Asociación Empresarial del Henares por su contribución al fortalecimiento y difusión de la imagen empresarial y de sus principios.

Por ello, ha insistido en que un Gobierno débil sólo puede interesar "a quienes quieren sacar provecho político y partidista de esa debilidad". "Al conjunto de los ciudadanos, a la gente normal, en cambio, les conviene un Gobierno que pueda gobernar sin pedir permiso a nadie más que a los ciudadanos y a sus representantes", ha insistido.

El presidente del Gobierno ha subrayado que a España le conviene un Gobierno reformista, sólido y que garantice la estabilidad en vez de uno débil sometido a condicionamientos que responden a intereses estrictamente partidistas. "Sí conozco muy bien las ventajas de un Gobierno que dialogue, pero eso es algo completamente distinto y, a veces, incluso incompatible con un Gobierno atado de pies y manos por otros actores políticos", ha añadido.

LOS LOGROS DE "UN GOBIERNO SÓLIDO"

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Aznar ha asegurado que la creación de dos millones de puestos de trabajo en esta legislatura, la bajada del IRPF y la eliminación del impuesto de actividades económicas han sido posibles gracias a "un Gobierno sólido y que, al mismo tiempo, dialoga".

El jefe del Ejecutivo ha reiterado la necesidad de la estabilidad política e institucional para garantizar el crecimiento económico y planteó que la apertura de "un proceso de cuestionamiento de la Constitución traería muchos problemas". El primero de ellos, según él, sería un problema económico, de pérdida de confianza y de pérdida de garantías ante los inversores de todo el mundo".

Por todo ello, ha asegurado que el camino de España no está escrito y depende de las decisiones que tomen los ciudadanos, de quienes ha dicho que tienen la responsabilidad de "elegir con conocimiento de lo que está en juego".