La izquerda consigue una clara victoria en las regionales francesas
Los conservadores del presidente Chirac perderían hasta 12 de las regiones que controlan, según los sondeos
París
La izquierda política francesa se ha alzado con una clara victoria sobre los conservadores del presidente Jacques Chirac en la segunda vuelta de las elecciones regionales celebradas hoy en Francia, según los primeros sondeos hechos públicos tras el cierre de colegios. Según las encuestas a pie de urna, la izquierda ha conseguido alrededor de un 50% de los votos, contra un 37,5% de los conservadores. El ultraderechista Frente Nacional de Jean Marie Le Pen pierde apoyos, según los sondeos, quedándose con un 12,5% de los votos.
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El resultado supone un duro golpe para los conservadores, que ya acusaron un pronunciado descenso en la primera vuelta. Con las encuestas en la mano, la derecha, que hasta ahora controlaba 14 de las 22 regiones metropolitanas del país, mantendría el poder en sólo dos de ellas, mientras la izquierda pasaría a gobernar hasta en 17 regiones -incluyendo la emblemática Ile de France, que comprende París y sus aledaños-, frente a las 6 que mantenía en su poder hasta hoy. En otras tres regiones los resultados son inciertos. Los resultados suponen un clarísimo voto de castigo para el Gobierno conservador de Jean-Pierre Raffarin y para el jefe de Estado, Jacques Chirac, apenas dos años después de que el primero accediese al poder y de que el segundo renovase en su cargo.
Los cambios se imponen
El Gobierno, por boca de su primer ministro, Jean Pierre Raffarin, no ha tardado en reconocer la derrota, aunque también se ha aprestado a descartado que vaya a echar atrás su programa de reformas económicas. Raffarin ha anunciado que, pese a la derrota, las reformas "deben continuar sencillamente porque son necesarias". No obstante, ha reconocido que "las políticas han de ser más eficientes y justas y es claro que hay que hacer cambios". A juicio del primer ministro, esas impopulares reformas son "necesarias", entre otras cosas, para que "Francia sea más fuerte en Europa" y para "preparar el futuro". Antes, el presidente de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) de Chirac, Alain Juppe, había adelantado esta postura al decir que "retirar las reformas, sería condenar a nuestro país a la parálisis y la marcha atrás".
Por su parte, la oposición de izquierdas se ha apresurado a reclamar al jefe de Estado un "profundo" cambio de política. Según el líder del Partido Socialista, Francois Hollande, la derrota es "una desaprobación severa" para Chirac, por lo que estima necesario no sólo un cambio en el Gabinete, sino que se requiere "profundo cambio de orientación política". Para Hollande, la derecha debe renunciar a "poner en entredicho la seguridad social, el derecho al trabajo y los servicios públicos".
Aunque las elecciones regionales no afectan a la composición del Parlamento, confirman una tendencia de descontento contra la política económica y social del actual inquilino del Elíseo, por lo que podría obligarle a hacer cambios en el Gabinete. La tasa de paro ha aumentado y muchos sectores sociales, en particular los funcionarios, el personal de sanidad y los investigadores se han manifestado contra el Gobierno conservador.
Unos 42 millones de franceses estaban llamados a las urnas en la segunda vuelta de las regionales, en las que ya se pronosticaba la contundente victoria de la oposición de izquierda. La expectativa de cambio ha precipitado a los franceses a los colegios y, si por la mañana la asistencia era escasa, ya por la tarde se han animado los votantes, quedando la abstención, según los sondeos, entre el 34,5 y el 36,6%, por un 37,9% de la primera vuelta y un 42% en los comicios de 1998.
En la primera vuelta, que tuvo lugar el pasado el 21 de marzo, la abstención fue casi del 40%. En esta ronda, la mayoría gubernamental, integrada por la formación gubernamental Unión por un Movimiento Popular (UMP) y la centrista Unión por la Democracia Francesa (UDF), obtuvo un 34% de votos, seis puntos detrás de la izquierda, que agrupa a socialistas, comunistas y ecologistas y que logró un 40% de los sufragios después de la derrota sufrida las presidenciales y legislativas del año 2002. El partido de ultraderecha de Jean Marie Le Pen, el Frente Nacional (FN), logró un 16% de los votos, lo que le convierte en tercera fuerza política del país y árbitro del panorama político.




