Internacional

El partido de Sharon vota el plan para la retirada de Gaza

Sharon amenaza con adelantar las elecciones si los afiliados de su partido rechazan su proyecto tal y como pronostican los sondeos

Los afiliados al Likud votan hoy en un referéndum no vinculante la aceptación o rechazo del plan de su líder, el primer ministro israelí Ariel Sharon, para una "desconexión" de los palestinos que implica la retirada de la Franja de Gaza. La consulta interna, a la que están llamados 200.000 miembros de este partido nacionalista, ha comenzado a las 8.00 hora local (7.00 hora española) y acabará a las 22.00 hora local.

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Sharon parece condenado a una contundente derrota, aunque los últimos sondeos pronostican una leve recuperación del . Según los resultados de una encuesta realizada el sábado por el Instituto Dahaf y publicado hoy domingo por el diario Yédiot Aharonot, el 47,5% de los miembros del Likud piensa pronunciarse contra el plan y el 44% a favor. Una encuesta de ayer hablaba del 43% en contra frente a 36% a favor. Salvo que se produzca un vuelco de última hora, el plan cosechará el no del Likud, lo que dejaría al jefe de Gobierno en una situación delicada, a pesar de que cuenta con el visto bueno de Estados Unidos.

Sobre todo porque el propio primer ministro, en un esfuerzo titánico por tratar de dar un giro a estos pronósticos, ha convertido la consulta en un plebiscito personal. Ayer, en un paso más en este pulso con su militancia, amenazó con disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas si pierde el referéndum, que supondría la retirada militar de la franja de Gaza y el desmantelamiento de 21 asentamientos de colonos judíos en esa región y de otros cuatro aislados en Cisjordania. Como contrapartida, Sharon fortalecerá los bloques de colonias más importantes de Cisjordania. Para los colonos, el sector religioso y nacionalista y la vieja guardia del Likud, la posible evacuación de los 7.500 colonos de Gaza sólo podría ser interpretada como una "rendición al terrorismo".

PRESIONES DE LOS COLONOS

Sharon confía en que aún tiene la fuerza necesaria dentro del Likud para ganar la votación, a pesar del gran peso de su rival, el actual ministro de Finanzas y ex primer ministro Benjamín Netanyahu, a lo que hay que sumar las presiones externas que ejercen los 410.000 colonos de Cisjordania, Gaza y Jerusalén este y los aliados de la derecha ultranacionalista, que forman parte del Gobierno de coalición. "Los que voten contra mi plan, votaran contra mí, y los que voten a favor de mi plan, lo harán en mi favor", ha venido repitiendo en las últimas horas Sharon, dejando entrever el fantasma de una dimisión y la convocatoria de unas nuevas elecciones que el mismo ha calificado de "superfluas".

Más explícito todavía fue ayer: "Quienes me quieran al frente de Israel tienen que votar por este plan, que es bueno para la seguridad y los intereses políticos y económicos de Israel". Por su parte, el ministro de Defensa, Saul Mofaz, uno de los pocos aliados de Sharon, defendió ayer el plan, asegurando que el repliegue militar de Gaza y el desmantelamiento de las 21 colonias de la zona, donde viven unos 7.500 judíos, permitirá en un futuro próximo reforzar la colonización de Galilea, el desierto de Neguev y Cisjordania y, al mismo tiempo, continuar con la lucha contra los radicales palestinos.

El primer ministro acudirá a votar después de presidir la reunión semanal del Gabinete Nacional en la Ciudadela David Ben Gurión de Jerusalén, y de una entrevista con el gobernador del Estado estadounidense de California, Arnold Schwarzenegger, quien inaugurará hoy el Museo de la Tolerancia en esta ciudad. El Likud ha contratado casi 180 abogados que servirán de inspectores en los locales donde se lleva a cabo la votación. Además de los efectivos policiales, 1.300 guardias de seguridad vigilarán el orden.

 
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