Amnistía Internacional denuncia el tráfico de mujeres y niñas en Kosovo

Amnistía Internacional alertó hoy del incremento "sin precedentes" de la industria del sexo basada en el tráfico de mujeres y niñas en Kosovo desde que en 1999 se desplegaron las fuerzas de la ONU y de la OTAN, y denunció la implicación de miembros de estos cuerpos en los delitos.

El presidente de la sección española de AI, Esteban Beltrán, presentó en conferencia de prensa el informe "¿Significa eso que tengo derechos? Proteger los derechos humanos de las mujeres y niñas objeto de tráfico para la prostitución forzada en Kosovo", una investigación que se enmarca en la campaña internacional "No más violencia contra las mujeres".

Según explicó, es difícil ofrecer cifras concretas de la situación en Kosovo, pero son "cientos" las mujeres y niñas sometidas a "secuestros, torturas y violaciones" tras llegar a la región desde Moldavia, Rumanía o Ucrania engañadas con la promesa de trabajo en otro país.

"TOLERANCIA CERO"

Beltrán, tras recordar que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, abogó por "la tolerancia cero" ante la violencia contra las mujeres, pidió a este organismo internacional que se garantice el procesamiento de cualquier miembro civil o militar implicado en el tráfico de mujeres y que se acabe "con la inmunidad en la que se escudan" y con la actual situación de "impunidad".

Desde el despliegue en julio de 1999 de la Fuerza Internacional de Seguridad (KFOR) y el establecimiento de la Misión de Administración Provisional de Naciones Unidas (UNMIK), este tráfico de mujeres y el comercio del sexo ha experimentado, según AI, "un incremento sin precedentes"; se ha pasado en la región de 18 a más de 200 burdeles.

Entre 1999 y 2000, el 80 por ciento de la clientela de estas mujeres la constituía la comunidad internacional en la región; en 2002 esa cifra descendió a un 30 por ciento, aunque esas personas generaban el 80 por ciento de los ingresos.

"Son esclavas que tienen entre 10 y 15 clientes al día", denunció Beltrán, quien explicó que el 40 por ciento de las mujeres entrevistadas por AI habían sido golpeadas y violadas por su jefe y más del 40 por ciento obligadas a practicar sexo sin protección.

Entre estas "esclavas" hay niñas de 12 años y entre las naturales de Kosovo, denunció, un 81 por ciento tiene menos de 18 años.

La gravedad de la situación aumenta si se tiene en cuenta, según el informe de esta organización, que las mujeres que logran escapar "ven vulnerados sus derechos" y muchas son deportadas del país; quienes han conseguido que se reconozca su condición de víctimas, no han obtenido ninguna reparación.

Beltrán, tras recordar que la autoridad formal en la región es la ONU, denunció la escasez de actuaciones: en 2003 se iniciaron 60 procedimientos legales y sólo 16 acabaron en condena.

"Es duro decirlo, pero la presencia de la ONU en Kosovo ha permitido el florecimiento de la industria del sexo y desde 1999 no se ha hecho prácticamente nada para detener a los principales clientes", señaló Beltrán, quien apuntó que "si grave es la situación de la ONU, más grave es la situación de la KFOR".

Tras relatar varios de los casos denunciados con implicación de las tropas rusas, francesas, británicas o alemanas, el director de la sección española de AI denunció que en la mayoría el castigo máximo consiste en la repatriación del personal a su país de origen "y algún despido".