Condenado un policía a 4 años de cárcel por poner multas falsas
La sentencia dobla la condena que le había impuesto la Audiencia de Logroño
El Tribunal Supremo ha elevado a cuatro años y medio de cárcel la pena de dos años impuesta por la Audiencia de Logroño al policía local de Arrendó, Pedro Ochoa Fernández, por imponer varias multas de tráfico que resultaron ser falsas, una de ellas a un sacerdote del seminario en el que había estudiado su hijo y del que había sido expulsado por mal comportamiento.
La Sala de lo Penal del Alto Tribunal eleva la condena impuesta por la citada Audiencia en 2003 por un delito continuado de falsedad en documento oficial cometido por funcionario público al considerar, tal y como mantenía el fiscal en su recurso, que no se debió aplicar la atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas.
El Supremo acuerda también imponer al agente una multa de 1.350 euros y cuatro años de inhabilitación especial para el ejercicio de funciones policiales.
Los hechos declarados probados por la Audiencia de Logroño explican que el agente entre febrero y mayo de 2000 efectuó hasta tres denuncias de otras tantas infracciones de tráfico cometidas por tres conductores cuando "la realidad era que los vehículos no habían circulado en la forma y medio descritos" en esos boletines de denuncia. Las multas que establecían oscilaban entre los 30 y los 96 euros.
Por ello, la Audiencia le impuso una condena de dos años de cárcel como autor de un delito continuado de falsedad en documento oficial cometido por funcionario público con la atenuante de dilaciones indebidas, así como una multa de 300 euros y una inhabilitación por un tiempo de ocho meses, que se ha visto incrementada por el Tribunal Supremo.
