Las preguntas de los "pelotas"

Por fijarnos sólo en la última sesión de control al Gobierno de la anterior legislatura, el 17 de diciembre de 2003, los diputados socialistas hicieron siete preguntas al gobierno. Los diputados del Partido Popular, casi el doble: 12.

Obvio es decir que la curiosidad no animaba a los miembros del Grupo Popular, sino que estaban poniendo en práctica un famoso método bien conocido en el Parlamento que se denomina "poner el tema en bandeja".

Desde que Felipe González se comprometiera en septiembre de 1994 a asistir semanalmente a estas sesiones de control, los parlamentarios del partido en el gobierno han servido a éste las pertinentes preguntas para lucimiento del presidente o del ministro de turno. Veamos unas cuantas: "¿Considera el presidente del gobierno que ha cumplido el programa de investidura presentado en su momento ante la Cámara?".

Quizá José María Aznar hubiera mirado airado al diputado que osaba preguntarle por su compromiso pero era el propio Luis de Grandes quien le interrogaba obsequioso. La bandeja estaba lista para el lucimiento.

En otras ocasiones, las preguntas parecen hechas al dictado por el propio ministro que quiere dar brillo a alguna decisión de su departamento. Son todas preguntas del PP: "¿Qué mejoras ha adoptado el gobierno en cuanto a salvamento marítimo, después del hundimiento del "Prestige"?. O esta otra: "¿Qué factores que han contribuido a que la situación financiera de la Seguridad Social cierre el ejercicio de 1999 con superávit?". O esta, rozando el pelotilleo, firmada por Vicente Matinez-Pujalte: "¿Qué valoración hace del crecimiento de la economía española en los últimos meses?".

Una de las diputadas que más se ha quejado de esta inflación de preguntas vaselina es la hoy vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega: "¿Cómo se explica -se quejaba al diario El País- que en una sesión de control la mayor parte de las preguntas sean del PP? ¡Que no lo llamen sesión de control, que lo llamen "trámite de exhibición!".