La oficina de Reagan desmiente los "rumores" sobre el reciente deterioro de su salud

La oficina del ex presidente de Estados Unidos Ronald Reagan indicó hoy que no es cierto que su estado de salud se haya deteriorado recientemente, desmintiendo así los informes de "rumores" que aseguraban que podría morir en "semanas o meses".

La portavoz de Reagan intentó con sus declaraciones bajar el tono de las especulaciones que han circulado hoy entre algunos medios estadounidenses sobre un posible deterioro de la salud del ex presidente, de 93 años, que sufre el mal de Alzheimer.

"Tiene 93 años", declaró la portavoz de la familia Reagan, Joanne Drake, desde Los Angeles, quien recordó que Reagan "padece mal de Alzheimer desde hace 10 años". "Hay muchos rumores, pero cuando haya algo significativo que informar seré yo quien lo haga", declaró Drake.

Otras fuentes del entorno de la familia Reagan destacaron que no ha habido un "cambio significativo" en el estado de salud del ex presidente, que se retiró de la vida pública desde que anunció su enfermedad, en noviembre de 1994.

Esta mañana una fuente de la Casa Blanca, que pidió el anonimato, había afirmado que "el momento (final) se acerca", después de que se pusieron en contacto con la oficina de Reagan en California. Añadió que el eventual fallecimiento de Reagan está bastante próximo. "Podrían ser semanas, podrían ser meses", dijo.

"EL LARGO VIAJE DE RONNIE"

Ronald Reagan, presidente entre 1981 y 1989, se retiró a su rancho de las afueras de Los Ángeles tras su etapa presidencial y desde hace años apenas se le ve en público. En 2001 sufrió la fractura de una cadera a causa de una caída.

El mes pasado, su esposa Nancy Reagan hizo una emotiva petición al Gobierno para que se impulse la investigación con células madre en el tratamiento del Alzheimer y otras enfermedades graves que actualmente no tienen cura.

"El largo viaje de Ronnie le ha llevado finalmente a un lugar donde no puedo alcanzarle", señaló Nancy Reagan.

Basándose en motivos éticos y morales, el Gobierno de George W. Bush ha limitado la investigación con células madre con fondos públicos.