El Gobierno logra la aprobación en el Senado de su reforma de la Ley de Estabilidad
Solbes se compromete a negociar el objetivo del 'déficit cero' con cada Comunidad Autónoma
Madrid
El PSOE ha tirado de talante y diálogo para aprobar hoy en el Senado el techo de gasto para 2005, con el apoyo de todos los grupos parlamentarios excepto el Partido Popular y la abstención de Iniciativa per Catalunya. La reforma de la Ley de Estabilidad dirigida por el ministro de Economía, Pedro Solbes, fue sancionada el pasado jueves en el Congreso por la mínima, pero pendía de un hilo en la Cámara Alta ante la posibilidad de que el PNV se abstuviera.
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Solbes había anunciado hoy que el Estado discutirá con cada Comunidad Autónoma su plan de estabilidad presupuestaria, de forma que el resultado de esas conversaciones sea analizado por el Consejo de Política Fiscal y Financiera para compatibilizar objetivos. Éste es uno de los cambios que el PSOE ha introducido en la Ley de Estabilidad Presupuestaria, junto con la ampliación del plazo para establecer el objetivo de estabilidad del siguiente trienio (fijado ahora en el primer cuatrimestre), para poder contar con los datos definitivos del ejercicio anterior y las previsiones del siguiente. En cualquier caso, Solbes ha defendido en la Cámara Alta que estas modificaciones no suponen cambio alguno en el principio básico de respeto a la estabilidad, pues su única intención es hacer su aplicación más efectiva.
A cuatro escaños de la mayoría
El Partido Popular está en el Senado a cuatro escaños de la mayoría absoluta, por lo que la abstención de los nacionalistas les permitiría tumbar la iniciativa. Las tres votaciones de más enjundia que se han realizado en la Cámara Alta en lo que va de legislatura han traído dos derrotas del PSOE; en otros casos han tenido que aceptar enmiendas de grupos nacionalistas para lograr su respaldo, o enmendar a su vez mociones de los populares para evitar que éstos buscaran asilo en otro lado.
Además, la igualdad en la Cámara asegura que todos los senadores, tantos socialistas como del PP, tengan a acudir inexcusablemente a la sesión de cada martes para evitar casos como el de la Ley de Calidad de la Educación, votación que el PSOE perdió por las ausencias entre sus filas. En cualquier caso, una derrota en el Senado es más simbólica que efectiva, puesto que la iniciativa regresa entonces al Congreso, que la puede aprobar sin más; eso sí, todo se retrasa y la imagen de debilidad que el PP desea achacar al Gobierno socialista se ve reforzada.