El IPC subió el 0,2% en junio y sitúa la tasa interanual en el 3,5%

Madrid

El índice de precios al consumo (IPC) no da sorpresas y marca una subida de una décima en junio, pese a la moderación de los precios de los combustibles y de la energía, que registraron su primera bajada mensual desde diciembre. Sin embargo no variaron respecto a junio de 2003, lo que, unido al tradicional repunte veraniego del turismo y los servicios elevó el indicador de precios hasta el 3,5%.

Se mantiene así el proceso inflacionista iniciado en abril como consecuencia del fuerte aumento del coste del barril de petróleo y que ha provocado que la tasa de inflación española pasara del 2,1%, con el que tocó suelo a finales del primer trimestre, al 3,5% en junio, el IPC más alto desde marzo de 2003.

El grupo más inflacionista no ha sido el petróleo, aunque su evolución sigue preocupando a los expertos y al Gobierno. Este mes lo que más ha subido ha sido el tabaco y las bebidas alcohólicas, que suben siete décimas y su precio se incrementa un 6,1% en los últimos doce meses. A ello se une el habitual encarecimiento de viajes y hoteles, que a comienzos de la temporada estival suben sus tarifas. En concreto, la partida de ocio y cultura sube un 0,8% en junio y los hoteles, cafés y restaurantes se encarecieron cuatro décimas. Los viajes organizados suben un 6,1%.

Del lado positivo, dos grupos de la cesta del IPC que suelen dar quebraderos de cabeza: combustibles y alimentos. Ambos bajaron, sobre todo alimentos frescos como el pescado (-2,1%), las patatas (-5,1%) y los huevos (-1,6%). La reciente -y puntual- moderación del coste de la energía repercutió en el grupo de transportes, cuyos precios subieron, pero no tanto: dos décimas en junio, frente al 1,6% de mayo y al 1% de abril.

La inflación subyacente, que elimina los alimentos frescos y la energía, también se mantiene en tasas elevadas por la evolución del componente energético y, en menor medida, por la recuperación de las manufacturas y el ligero repunte de los servicios. Todo ello se ha traducido en un incremento de una décima, hasta el 2,8%. Y la brecha con Europa sigue aumentando: el diferencial de inflación con la zona euro se eleva ya hasta 0,9 puntos, su máximo en ocho meses. Es uno de los principales obstáculos para la competitividad española frente a sus socios comunitarios.

EFECTO TRANSITORIO

Según los analistas, la inflación se mantendrá elevada a corto plazo y se reducirá a partir de agosto si el precio del crudo se frena en un promedio anual de 33 dólares para el tipo brent. Aunque los precios de la energía mostraron cierto relax durante el pasado junio, el mercado parece estar lejos de estabilizarse. En los últimos días la cotización del barril ha vuelto a dispararse: en Londres cuesta en torno a 37 dólares y registra una revalorización de 4 dólares en apenas dos semanas, mientras en Nueva York cerró anoche por encima de los 39 dólares.

Tanto el vicepresidente y ministro de Economía, Pedro Solbes, como el secretario de Estado David Vegara ya avanzaron que la escalada del petróleo provocará aún más inflación en los próximos meses, para descender a final de año y situarse en el entorno del 2% en 2005. Para el Gobierno, la subida no es más que un fenómeno transitorio y no ve elementos que anticipen un aumento permanente de los precios.