El guitarrista flamenco más universal
Paco de Lucía comenzó su carrera profesional a los doce años
Francisco Sánchez Gómez, Paco de Lucía, es, sin duda, el más universal de los guitarristas flamencos. No sólo se ha convertido en maestro del instrumento de cuerdas, sino también en el creador del concepto actual del grupo flamenco, al fijar el modelo actual de presentarlo en un escenario.
Nacido en Algeciras (Cádiz) hace 57 años, desde muy pequeño vivió el flamenco dentro de su familia. Su padre, Antonio Sánchez Pecino, era tocaor sin mucha suerte que se fijó el propósito de hacer de sus hijos grandes artistas flamencos, para que nunca llegaran a pasar las estrecheces económicas que él sufrió a lo largo de muchos años de su vida.
A los doce años se da a conocer en el mundo musical junto a su hermano Pepe, en el dúo "Los Chiquitos de Algeciras". Tras ganar el premio especial en el "Concurso Internacional de Flamenco de Jerez" en 1962, ambos hermanos son contratados por la compañía José Greco, con quien recorrieron el mundo.
Su consagración definitiva le llegó en 1970, cuando intervino en un festival celebrado en el Palau de la Música de Barcelona. Por entonces, Paco estaba ya asentado en la capital madrileña, ciudad en la que iba a nacer la fulgurante pareja Camarón-Paco de Lucía. Juntos elevaron el compás y la afinación hasta lo más alto.
Paco de Lucía se convirtió en estrella de las listas de éxitos, haciendo universal su flamento, con la rumba Entre dos aguas de 1973, que abriría los oídos del público joven a la guitarra flamenca. En los 30 años que lleva tocándola por escenarios de todo el mundo, Paco de Lucía ha transformado esa canción hasta el punto de que a ratos es totalmente opuesta a su versión original, pero sigue siendo una rumba mágica.
El artista ha combinado el flamenco con la música clásica de Falla, Rodrigo y Albéniz, y con el jazz de Pedro Iturralde, Chick Corea, John McLaughlin, Al Di Meola, Larry Coryell
La discografía en solitario tiene una primera etapa que culmina con el álbum Almoraima. Son años dedicados a la creación de un lenguaje propio, donde el protagonista absoluto es su fabulosa guitarra. Poco después, Paco conectó con el grupo Dolores, y aquel encuentro acabaría por marcar el cambio radical que se materializa en el disco Sólo quiero caminar, donde el flamenco de Paco se proyecta hacia un universo musical sin fronteras, sin perder nunca las esencias.
Más tarde presentaría Luzía, disco con el que rompía un largo silencio discográfico-compositivo.
Su último trabajo, Cositas Buenas. Elaborado tras cinco años de retiro voluntario en la selva de Yucatán (México), es un retorno del guitarrista al flamenco más austero, olvidando las fusiones, que hizo las delicias de los "puristas", pero también de los amantes de la buena música sin etiquetas.




