MONTAÑISMO / Oyarzabal, Pasaban, Vallejo y Zabalza llegan a la cima del K-2
Los montañeros vitorianos Juan Oiarzabal, Juan Vallejo, el navarro Mikel Zabalza y la guipuzcoana Edurne Pasaban han conseguido la cima del K-2 (8.611 metros). Con la conquista del K-2, Oiarzabal ha conseguido su "ocho-mil" número veintiuno, la persona que más cimas de más de ocho mil metros tiene en la historia, mientras que la guipuzcoana Edurne Pasaban se convierte en la mujer viva con más ocho miles en su haber, con siete.
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Los montañeros vitorianos Juan Oiarzabal, Juan Vallejo, el navarro Mikel Zabalza y la guipuzcoana Edurne Pasaban han conseguido la cima del K-2 (8.611 metros), la segunda montaña más alta del mundo y la más difícil, según ha informado Sebastián Álvaro, director del programa "Al filo de lo imposible".
Se trata de la primera ascensión que se efectúa al K-2 desde hace tres años, ya que desde el 2001 nadie había vuelto a pisar su cima. Para Oiarzabal supone su veintiún "ochomil", mientras que para la guipuzcoana Pasaban es el séptimo.
Álvaro y el equipo de "Al filo" se encuentran en el campo base del K-2. Según una comunicación de Alvaro con la cadena SER, los cuatro han conquistado la cima sobre las cinco y veinticinco de la tarde hora local, las dos y veinticinco hora española.
Con la conquista del K-2, Juan Oiarzabal ha conseguido su "ocho-mil" número veintiuno, la persona que más cimas de más de ocho mil metros tiene en la historia, mientras que la guipuzcoana Edurne Pasaban se convierte en la mujer viva con más ocho miles en su haber, con siete.
Oiarzabal, con el K-2 de este lunes, que subió antes en el año 1994, lleva 21 "ocho miles": los catorce, más repeticiones en el Everest, el K-2, el Hidden Peak, los Gasherbrum-I y II y dos repeticiones (tres ascensiones) al Cho-Oyu.
Por su parte, la guipuzcoana Edurne Pasaban se ha convertido en la mujer viva con más "ocho miles" en su haber, siete. Una mujer fallecida, quizás la más importante de la historia del montañismo femenino, la polaca Wanda Rutkiewitcz, subió ocho.
No obstante, todavía les queda el descenso, que en una montaña de la dificultad del K-2 es lo más peligroso. Se calcula que tardarán entre cuatro y cinco horas en llegar a las tiendas del campo cuatro, el más alto.
Aunque han llegado tarde a la cima y eso puede complicar el descenso, a favor está el que tienen cuerdas fijas instaladas desde los 8.400 metros hacia abajo, lo que facilita mucho la bajada.
Los cuatro montañeros han subido por la ruta clásica del espolón de los Abruzzos, y con ellos han ascendido también cinco componentes de una cordada italiana.
Según la comunicación de Juan Oirzabal a Álvaro al llegar a la cumbre, la ruta ha sido muy dura por el frío y la gran cantidad de nieve acumulada debido a las últimas nevadas, lo que les ha obligado a abrir huella en nieve hasta la cintura.
Los alpinistas partieron entre la una y media de las dos de la madrugada y han tardado casi quince horas en llegar a la cumbre, debido sobre todo al exceso de nieve que les ha retardado la marcha.
En el campo cuatro les espera con provisiones el catalán Ferrán Latorre, que subió a éste un día después que los cuatro montañeros que han conseguido la cima.
Alvaro y el equipo de "Al filo" se encuentran en el campo base del K-2. Según una comunicación de Alvaro con la cadena SER, los cuatro han conquistado la cima sobre las cinco y veinticinco de la tarde hora local, las dos y veinticinco hora española.
No obstante todavía les queda el descenso, que en una montaña de la dificultad del K-2 es lo más peligroso. Se calcula que tardarán entre cuatro y cinco horas en llegar a las tiendas del campo cuatro, el más alto.
Aunque han llegado tarde a la cima y eso puede complicar el descenso, a favor está el que tienen cuerdas fijas instaladas desde los 8.400 metros hacia abajo, lo que facilita mucho la bajada.
Según la comunicación de Juan Oyarzabal a Alvaro al llegar al cumbre, la ruta ha sido muy dura por el frío y la gran cantidad de nieve acumulada debido a las últimas nevadas, lo que les ha obligado a abrir huella en nieve hasta la cintura.
Los alpinistas partieron entre la una y media de las dos de la madrugada y han tardado casi quince horas en llegar a la cumbre, debido sobre todo al exceso de nieve que les ha retardado la marcha.