Nueva York se fortifica por la convención republicana

La celebración a partir de hoy de la Convención Republicana en la ciudad de Nueva York, considerada objetivo número uno de la red terrorista Al Qaida, convierte al Madison Square Garden, donde se celebra el evento, en el recinto más vigilado y protegido del planeta.

De hecho, los cerca de 7.000 metros cuadrados que ocupa el famoso estadio serán hasta el jueves una auténtica fortaleza, rodeada por más de 10.000 policías, soldados, agentes secretos, perros adiestrados y vehículos equipados con la última tecnología, además de helicópteros que sobrevolarán la zona.

Esta cita política concentrará en el corazón de la "Gran Manzana" a los principales líderes políticos del país, entre ellos el presidente estadounidense, George W. Bush, que será proclamado oficialmente por los 5.000 delegados como su candidato para las elecciones del próximo mes de noviembre.

VIGILANCIA POR TIERRA, MAR Y AIRE

Durante cuatro días, los ojos de buena parte del mundo se centrarán en la reunión republicana, no tanto por el interés del debate político que genere, sino por la oleada de manifestaciones y protestas que puede haber fuera del estadio. Por todo ello, y por la propia alerta antiterrorista, las autoridades han preparado el mayor dispositivo de seguridad acometido nunca en una reunión política, que hará que la isla de Manhattan esté totalmente vigilada por tierra, mar y aire. "Estamos ya preparados", aseguraba esta misma semana el secretario de Seguridad Nacional de EEUU, Tom Ridge, durante una visita a Nueva York para comprobar los resultados de 18 meses de trabajo.

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"Nuestro principal objetivo será frustrar cualquier intentona terrorista en la ciudad y el estado", dijo a la prensa, mostrando su convencimiento de que nunca más la red Al Qaida podrá llevar de nuevo el horror a Nueva York, como ocurrió con el 11-S.

En total, el enorme despliegue de seguridad que se ha preparado para los cuatro días de la convención ha supuesto el desembolso de unos 70 millones de dólares, el doble de lo previsto. Los más afectados por el intenso control policial serán los vecinos de la zona que rodea el Madison Square Garden, a los que ya se ha recomendado que hagan acopio especial de agua y comida, ante las tremendas restricciones de movimiento que se impondrán estos días.

La policía ha advertido de que el barrio se convertirá entre el 30 de agosto y el 2 de septiembre en una zona "congelada", con centenares de patrullas en las calles y con el tráfico cortado a automóviles y autobuses entre la sexta y la novena avenida, y entre las calles 31 y 33. Cualquier persona que quiera atravesar esta zona acordonada deberá justificar el lugar a donde desea ir y portar una cédula de identificación, o en caso contrario será escoltada por un agente de la policía hasta su destino.