Un psiquiatra abusaba de sus pacientes para transmitirles "energía positiva"
Condenado por un juzgado de Granollers
Un juez de Granollers (Barcelona) ha condenado a un neuropsiquiatra de un Centro de Atención Primaria del Instituto Catalán de la Salud (ICS) por abusar sexualmente de cuatro pacientes con la excusa de que debía tocarlas para transmitirles "energía positiva" y como parte del tratamiento, según explicó una de las víctimas durante el juicio.
El titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Granollers (Barcelona) ha condenado a Juan Santiago Sánchez Zalacaín, nacido en Barcelona y de 60 años de edad, a pagar multas que suman un total de 6.450 euros por dos delitos de abuso sexual y dos faltas de vejaciones.
Además, el juez le ha condenado a indemnizar a las víctimas con sumas que van desde los 1.000 hasta los 6.000 euros, y ha declarado responsable civil subsidiario al Instituto Catalán de la Salud, organismo dependiente de la Generalitat. Asimismo, le ha inhabilitado "para la profesión de mèdico" durante un año.
VISTA ORAL
Durante el juicio, las cuatro víctimas ratificaron los abusos y explicaron cómo el acusado llegaba a estirarse en la camilla con ellas y les daba besos y les hacía caricias. En el caso de una de ellas, que tenía 16 años en el momento de los hechos, la joven explicó que el imputado le propuso ir a una piscina para hacer una terapia "especial".
El facultativo abusó de las mujeres en diversas visitas entre 1993 y finales de 2000 e incluso llegó a desviar a las pacientes a su consulta privada, tambièn en Granollers, y que cerraba con llave cuando las atendía.
UNA POR UNA
A la primera de las pacientes, el psiquiatra le besó desde le cuello y hasta el brazo mientras la abrazaba en su primera visita. En la segunda ocasión que la mujer acudió al facultativo, èste le "cogió la mano refiriendo que era una lástima no tener más tiempo para darle calor", según la sentencia, que añade que el acusado la obligó a darle un beso cuando se iba. En el seguno de los casos, la mujer empezó a visitarse en noviembre de 1997 y acudió en diez ocasiones.
En las primeras visitas, el acusado le preguntaba por "cuestiones de intimidad sexual de la paciente", pero a partir de la cuarta visita, el psiquiatra empezó a tocar a la paciente y llegó a proponerle verse fuera del centro médico porque "él sabía lo que quería". El facultativo aseguró que era la mujer la que le explicaba su vida sexual de forma voluntaria.
El caso de mayor gravedad, según el fallo, es el de una mujer que acudió en seis ocasiones a la consulta que tenía el acusado en el Centro de Atención Primaria y en dos ocasiones a su consulta particular desde noviembre de 2000.
En las visitas en el centro privado, el psiquiatra "le hacía tumbarse en una camilla desnuda de cintura para arriba" mientras que èl tambièn se quedaba medio desnudo y "se tumbaba a la espalda de la paciente tocando los cuerpos, besándole la nuca y la espalda, mientras le decía que la quería".
La mujer explicó que el acusado le decía que "le transmitía energía positiva y que para ello debía tocarla", accediendo la mujer "en la creencia de que se trataba de una parte habitual del tratamiento".