Duran i Lleida, reelegido presidente de UDC con el 91% de los votos
El líder socialcristiano critica a los matrimonios gays y rechaza la "multiculturalidad" en su discurso de clausura
El presidente del comité de gobierno de Unió Democrática de Catalunya (UDC), Josep Antoni Duran i Lleida, ha sido reelegido con el 91% de los votos de los compromisarios que participan en el XXIII congreso del partido, que han avalado a los 21 miembros de su candidatura a la dirección.
De la candidatura alternativa impulsada por el colectivo El Matí, ninguno de los 15 candidatos ha logrado un porcentaje suficiente para entrar en la ejecutiva, si bien el ex vicepresidente de Unió Vicenc Pedret, que encabezaba la lista, ha obtenido el 22% de los apoyos, frente al 68% del menos votado de la lista oficial.
Los 584 compromisarios que han votado finalmente en el congreso que se celebra este fin de semana en Viladecans, que han podido votar dos listas abiertas, han apoyado mayoritariamente a los componentes del equipo de Duran, que ha logrado casi el mismo porcentaje que en el último congreso, en Sitges (Barcelona), hace dos años, cuando obtuvo el 91,8%.
De la candidatura oficial, Duran ha sido nuevamente el más votado, seguido de Manel Silva (82%) y de quien se perfila como futuro secretario general del partido, Josep Maria Pelegrí (tambièn 82%). A continuación, con porcentajes ligeramente inferiores, se hallan Núria de Gispert (82%, diez puntos más de los que obtuvo en 2002), la actual secretaria general, Marta Llorens (80%) y Toni Castellá (79%).
VALORES TRADICIONALES
En su discurso de clausura del XXIII congreso del partido, Duran expuso su visión más aferrada a los "principios de la doctrina social de la iglesia", que en su opinión "siguen más vigentes que nunca". Así, destacó que, en la ponencia ideológica aprobada en el congreso, se rechaza el reconocimiento a los matrimonios homosexuales y su derecho a la adopción y defendió el concepto de familia tradicional.
También abogó por "limitar la inmigración" para evitar que se convierta en un problema de cohesión social y se alineó con las tesis de Pujol contra el mestizaje al expresar su rechazo a la "multiculturalidad" si ésta significa "diluir la cultura catalana".




