Don Felipe destaca la presencia a su lado de Doña Letizia en la entrega de los premios Príncipe de Asturias
Los discursos del Heredero y de los premiados ponen el acento en la lucha contra el fanatismo terrorista
Don Felipe y Doña Letizia han presidido esta tarde la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias 2004. Don Felipe confesó que la ceremonia de este año tiene para él "un nuevo y emocionante significado", al acudir "por vez primera" acompañado por su esposa. En ese punto, Doña Letizia recibió emocionada estas palabras y la ovación del público puesto en pie.
Fueron palabras pronunciadas por Don Felipe al comienzo del discurso que puso fin esta tarde, en el Teatro Campoamor de Oviedo, a la solemne ceremonia de entrega de estos galardones en su vigésimo cuarta edición.
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Con Doña Letizia sentada a su lado en la mesa presidencial, recordó que a ella se unió hace hoy cinco meses. "Un paso ilusionado de ambos por construir un hogar, formar una familia y compartir el hermoso afán de servir a España con plena entrega, leales -destacó- a nuestra historia y comprometidos con el futuro de nuestra sociedad".
En su discurso, Don Felipe dijo que la "felicidad" que vive junto a Doña Letizia no les hace olvidar "la acción fanática e inhumana de grupos despojados de todo orden moral que, destilando odio y rencor, amenazan la vida en paz y la existencia misma de millones de personas en todos los continentes".
LOS GALARDONADOS
Los investigadores Joan Massaqué, Robert Weinberg, Bert Vogelstein, Tony Hunter y Judah Folkman, galardonados con el Premio de Investigación Científica y Técnica por su contribución a la lucha contra el cáncer, han sido los primeros en recibir el galardón de manos del Príncipe.
Los siguientes en hacerlo, el periodista francés Jean Daniel (Comunicación y Humanidades), el economista estadounidense Paul Krugman (Ciencias Sociales), el atleta marroquí Hicham El Guerrouj (Deportes) y el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, que junto al de Oviedo, Carlos Osoro, recibieron el Premio de la Concordia con el que se reconoció este año al Camino de Santiago.
El escritor italiano Claudio Magris (Letras) y el guitarrista Paco de Lucía (Artes) han sido los siguientes en recibir los Premios, mientras que la comisaria europea de Educación y Cultura, Viviane Reding, ha sido la última en hacerlo en nombre del programa Erasmus, galardonado con el Premio de Cooperación Internacional.
MAGRIS, POR EUROPA
A la hora de los discursos, el escritor italiano Claudio Magris, Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2004, ha apostado por "una Europa unida que supere la miope soberbia eurocéntrica" porque, explicó, "el centro del mundo está hoy en cualquier parte y no tolera ningún dominio".
El autor de obras como El Danubio o Conjeturas sobre un sable afirmó que "la unidad europea no debe infundir temor" y defendió "avanzar hacia una unidad institucional por mucho que el camino esté plagado de dificultades y de momentáneos retrasos".
El escritor, que leyó la última parte de su discurso en español, aseguró que "el humanismo europeo es, entre otras cosas, una batalla para la dignidad de cualquier provincia del hombre", aseguró Magris, para quien España, "que en pocos años ha vivido una increíble transformación", es "buen ejemplo de cómo la modernización puede y debe significar incremento y victoria de la democracia".
DANIEL, CONTRA EL TERRORISMO
Después, el periodista francés Jean Daniel efectuó un llamamiento a luchar contra "ese nuevo mal" llamado terrorismo, "heredero del nazismo y el bolchevismo", sin adoptar "los valores del enemigo que se quiere combatir" ni imitar tampoco sus medios, "que son los que determinan siempre los fines".
Durante su intervención, el fundador de Le Nouvel Observateur, distinguido con el galardón de Comunicación y Humanidades, pidió escuchar a los pueblos que, como el español, "saben de qué se está hablando y tienen algo que decir".
Así, ninguna nación puede "pretender encarnar por sí sola el bien, la virtud y lo universal", una pretensión que, a su juicio, debe dejarse en manos de Dios.
El galardón que le entregó Don Felipe combina con "intención", según Daniel, dos conceptos dado que "con demasiada frecuencia, los hombres tratan de comunicarse sin la más mínima humanidad" y también "el respeto a las humanidades no lleva a la comunicación".
