Economía y negocios

Una amenaza de huelga en Noruega acerca el 'brent' a 52 dólares

Podría paralizar los casi 3 millones de barriles diarios que produce el país

Madrid

Los precios del petróleo vuelven hoy a batir récords en los mercados internacionales por el temor a una crisis de suministro. La amenaza de paros por parte de los navieros noruegos podría detener la producción del tercer exportador del mundo, lo que lleva al barril de brent a pagarse a 51,90 dólares, nuevo máximo. La escalada del crudo también supone una amenaza para el dólar y las bolsas. Mientras el euro se dispara a máximos de ocho meses al cambiarse a 1,2830 unidades frente al billete verde, las ventas protagonizan la sesión de las principales plazas bursátiles europeas, que ceden en torno a un 2%.

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La Asociación de Navieros de Noruega ha advertido hoy de que ampliará una huelga que suspendería los casi 3 millones de barriles diarios que produce ese país, en un intento por poner fin a un conflicto laboral que ya dura cuatro meses. "La ampliación, que comenzará desde la medianoche del lunes 8 de noviembre, tendrá efecto inmediato y suspenderá toda la producción de petróleo y gas sobre la plataforma continental de Noruega en una semana", aseguran. La reacción del Gobierno noruego no se ha hecho esperar y esta tarde ha impuesto un arbitrio forzoso entre patronal y trabajadores para poner fin al conflicto.

El conflicto echó más leña al fuego a un mercado ya intranquilo por la merma en la producción en el Golfo de México y las constantes amenazas contra la infraestructura petrolera iraquí, inquietudes que aumentan por el bajo nivel de gasóleo de calefacción almacenado en Estados Unidos. Los operadores están pendientes ahora de las previsiones meteorológicas, para calcular con más detalle como puede evolucionar la demanda frente al nivel de oferta de ése y otros combustibles empleados para calefacción con la llegada del invierno.

Las bolsas europeas sufren de rebote los efectos de la escalada alcista en el petróleo, sensibles desde hace meses a los vaivenes del mercado enegético. Las plazas de París y Francfort registran en lo que va de sesión las mayores caídas, superiores al 2% en ambos casos, mientras en Madrid las ventas hacen perder al Ibex 35 un 1,5% y se aleja de los 8.300 puntos. Además, el temor a que la recuperación económica sufra por la crisis energética alimenta una rápida subida del euro frente al dólar, que protagoniza su propia escalada alcista desde hace algunas jornadas por el posible impacto de los elevados precios del petróleo sobre el crecimiento global y la inflación.

Esta mañana la divisa europea se cambiaba a 1,2830 dólares, lo que supone un nuevo máximo en ocho meses y aproximarse al récord histórico de su cotización, que en febrero de este año superó la cota de 1,29 unidades por cada billete verde. El dato de confianza empresarial en Alemania, que ha subido por encima de lo esperado, también ha contribuido a afianzar la cotización de la moneda única, ya que confirma la fortaleza de la recuperación económica germana. En contra del dólar juega además el elevado déficit presupuestario y comercial que arrastra Estados Unidos.

MIEDO LLAMA A MIEDO

Los expertos insisten en que con este escenario, cualquier interrupción imprevista de la producción tiende a presionar al alza a los precios de inmediato. Prueba de ello ha sido el efecto alcista que han tenido las noticias llegadas desde Noruega en la cotización del barril, en una mañana en la que no había señales de intranquilidad. Algunos analistas creen, no obstante, que hay también existen factores especulativos que están impulsando al alza las cotizaciones, ya que algunos inversores aprovechan la fuerte volatilidad del mercado para obtener ganancias a corto plazo.

Éste ha sido uno de los argumentos esgrimidos durante meses por la OPEP, que decidieron recientemente elevar sus cuotas para intentar frenar la escalada de precios. Sin embargo, ni este incremento de cuotas ni las promesas de poner más crudo en el mercado si fuese necesario han sido capaces de frenar una dinámica alcista que continúa empujando la factura energética hasta niveles históricamente altos.