Sociedad

Aguirre presenta un sistema electrónico para detectar maltratadores

Madrid será la primera región de España en aplicar medidas electrónicas

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha presentado hoy un sistema electrónico de detección automática de proximidad de un agresor en casos de violencia doméstica. Estos dispositivos comenzarán a funcionar en un plazo de entre dos y cuatro meses.

La Comunidad de Madrid se convierte así en la primera región de España en aplicar las medidas electrónicas para controlar el cumplimiento de las órdenes judiciales de alejamiento, tras la entrada en vigor del artículo 48.4 del Código Penal.

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En un plazo de entre dos y cuatro meses podrían comenzar a funcionar en la Comunidad de Madrid los primeros dispositivos electrónicos inventados en España para alejar a los maltratadores de sus víctimas.

La entrega a los jueces de los dispositivos se produce 24 días después de la entrada en vigor de la reforma del Código Penal que permite los medios telemáticos en ordenes de alejamiento por violencia doméstica y es el resultado de seis meses de trabajo de los científicos del Instituto Salvador Velayos, de la Universidad Complutense, que finalmente, según la presidenta "han salvado todos y cada uno de los problemas" que presentaba el invento.

EL EQUIPO CONECTARÁ CON EL 112

Cada equipo antimaltrato se compone de dos dispositivos de 10 x 4,5 centímetros y 120 gramos de peso -un tamaño similar a los a los teléfonos móviles antiguos- fáciles de guardar en el bolso o en el bolsillo que portarán víctima y agresor y que son capaces de detectar la presencia de éste a menos de 500 metros de distancia.

Asimismo, el agresor deberá ponerse una pulsera -a la que según el consejero de Justicia, Alfredo Prada, se le incorporará un reloj digital para hacerla más discreta- que puede usarse en el agua porque está fabricada en neopreno y tiene un radio de acción de 20 metros, de manera que nunca puede existir más distancia entre el brazalete y el aparato que el maltratador deberá portar conjuntamente.

En dispositivo emitirá una señal de aviso y conectará con la central de Emergencias 112 cuando el agresor se quiete el brazalete -lo que además sería quebrantamiento de condena- o se encuentre a menos de 500 metros de la víctima.

Por el momento, el sistema no dispone de localización por satélite (GPS), por lo que solo podría averiguarse aproximadamente la manzana donde se encontrarían víctima y agresor y tampoco puede trasmitir la llamada al 112 en sitios como el Metro, donde por el momento no existe cobertura de telefonía móvil.

Los equipos de la víctima y del agresor tienen una clave y frecuencia propia y deben ser recargados cada 24 horas durante 40 minutos, excepto en el caso de la pulsera, que tiene autonomía para seis meses. La central del 112 enviará al agresor una señal de aviso cuando las baterías empiecen a estar bajas.

El coste de cada equipo (los dos aparatos y el brazalete) es de entre 600 y 800 euros que financiará la Comunidad de Madrid con cargo a sus próximos presupuestos, si bien ésta y el Colegio de Farmacéuticos de la región, que ha cofinanciado la investigación, se reservan la patente y se comprometen a cederla gratuitamente a cuantas administraciones públicas, nacionales o extranjeras lo soliciten, cosa que según Prada, ya está ocurriendo.