2.000 seguidores reciben a la selección catalana de hockey sobre patines
La selección catalana de hockey sobre patines, que el pasado fin de semana consiguió el Mundial B de la especialidad en Macao, fue recibida hoy en la plaza Sant Jaume de Barcelona por unos 2.500 seguidores, según los cálculos de la Guardia Urbana.
Desde que aterrizaron en el aeropuerto de El Prat, pasadas las tres de la tarde, los miembros de la expedición catalana apenas tuvieron dos horas para comer algo y descansar en la Residencia Blume de Esplugues de Llobregat.
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Alrededor de las seis de la tarde, un autocar turístico de Barcelona recogió a jugadores y entrenadores para llevarlos hasta la Plaza Sant Jaume, que poco a poco se iba llenando de aficionados, cánticos y banderas.
Con un cuarto de hora de retraso sobre el horario previsto, el autocar de la selección llegó a la plaza, casi llena de seguidores con banderas catalanas.
A imagen de los vencedores de los grandes títulos, los jugadores de la selección catalana de hockey disfrutaron de un pasillo de honor, formado por jóvenes jugadores con sus 'sticks' en alto.
Presentados al presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, por el presidente de la Federación Catalana de Patinaje, Ramón Basiana, los jugadores regalaron a los responsables de la Generalitat dos camisetas firmadas.
"Llevamos muchos años luchando para conseguir algo así, y ahora esperamos llegar al final", apuntó Basiana.
El entrenador de la selección, Jordi Camps, tuvo palabras de recuerdo para "los que no nos han podido acompañar en esta aventura" y señaló que "ahora nos queda el último gol en Fresno", en alusión a la localidad estadounidense donde tendrá lugar la Asamblea de la Federación Internacional de Patinaje que decidirá sobre el reconocimiento internacional de Cataluña.
Ya con ganas de salir al balcón de la Generalitat para ver desde arriba los cientos de banderas que ondeaban, los jugadores dieron rienda suelta a sus emociones. Algunos, sin soltar las cámaras de vídeo que les sirvieron para grabar su día grande. "Esta es la primera de las copas que vendrán", gritó el capitán Iván Tibau, con el trofeo entre las manos.
Todos sus compañeros disfrutaron también de su momento de gloria, agarrando el micrófono para dirigirse al público, una imagen soñada por cualquier deportista. Hubo mensajes de todo tipo, pero con un punto final en común: 'Visca el hockey i Visca Catalunya' (viva el hockey y viva Cataluña).
Por enésima vez en los últimos días, desde que el sábado ganasen la final del Mundial a Inglaterra (6-0), los jugadores entonaron 'Els Segadors' -himno de Cataluña.