El Archivo Británico publica fotografías de torturas a niños prisioneros
Las instantáneas pertenecen a la época victoriana
El Archivo Nacional Británico ha subido a su página web un conjunto de 600 fotografías que revelan el trato inhumano sufrido por centenares de niños en la Inglaterra victoriana. Los documentos gráficos ilustran el cruel relato que en su día hizo de la época Charles Dickens en su famosa obra Oliver Twist.
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El conciencudo trabajo del Archivo Nacional del Reino Unido ha conseguido aglutinar en dos volúmenes de imágenes, disponibles previo pago en Internet, en los que se recoge los historiales delictivos de niños prisioneros en la cárcel de Wandsworth en el periodo comprendido entre 1872 y 1873. Cada ficha contiene la descripción física de cada pequeño, su fotografía, el delito que se le imputaba y la sentencia condenatoria.
En el duro sistema penal de la Inglaterra victoriana, un niño podía ser sometido a sesiones de terribles azotes y un mes de trabajos forzados tan sólo por haber robado un conejo. Es el caso de George Davey, prisionero número No 4100, cuya historia recoge hoy el Times. El pequeño George tenía sólo diez años cuanto entró en prisión por haber robado dos conejos. Como pena por su falta, la sentencia le condenó a un mes de trabajos forzados. Otros niños fueron obligados a entrar en un reformatorio por el simple hecho de haber robado una barra de hierro.
Los castigos incluían severos azotes a los niños. James, con sólo 13 años, obtuvo una sentencia condenatoria que incluía diez azotes con una rama de abedul más cuatro días de trabajos forzados por haber robado unos higos.
Es el caso de la niña Sarah Ann Coker, quien con sólo 13 años fue acusada de ratera y condenada a un mes de trabajos forzados y a seis años en un reformatorio de la época.
También recibió un duro castigo Eliza Baker, de 17 años. Su delito fue robar un pañuelo de su amo, para quien trabajaba como sirvienta. Fue condenada a seis meses de trabajos forzados.
Las imágenes de estos niños, publicadas hoy en el Times muestran los rostros rencorosos, resignados y a veces desafiantes de unos pequeños obligados a sufrir penurias que probablmente nunca entendieron.
AYUDA A LOS HISTORIADORES
Con estos archivos, la institución británica pretende servir de ayuda para los historiadores que trabajan sobre una época en la que la infancia fue tratada desde un punto de vista irrealmente romántico. Parecen, así, ilustraciones reales al testimonio ofrecido en Oliver Twist. El Archivo Briántico también afirma que en su pretensión también está el deseo de que los descendientes de esos niños conozcan la verdad.