El auge del fraude obliga a la banca electrónica de EE UU a reforzar la identificación de usuarios
Casi dos millones de personas han sido víctimas de timos o robos
Washington
El preocupante auge de los fraudes bancarios en Internet ha forzado a los organismos que regulan la banca electrónica de Estados Unidos ha pedir un refuerzo de los protocolos de seguridad. A partir de ahora los bancos deberán pedir a sus clientes más de una contraseña para identificarlos antes de que puedan operar con sus cuentas. Además se solicita a las compañías financieras que mejoren sus programas de rastreo de la red para localizar a los ladrones de información sensible.
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"La mayor adopción de sistemas de pago electrónico por las instituciones financieras, así como el creciente número de clientes que utilizan estos servicios, ha producido mayores oportunidades para el fraude electrónico", ha asegurado el Federal Deposit Insurance en un estudio publicado en EE UU.
El uso no autorizado de información personal para entrar en cuentas bancarias, una práctica que los reguladores califican de "secuestro de cuentas", es una de las fórmulas de fraude electrónico de más rápido crecimiento. Casi dos millones de usuarios de Internet han sufrido este tipo de fraude a lo largo del último año.
Los autores de fraude consiguen la información personal de los clientes de bancos descodificando códigos informáticos, robando documentos, mirando por encima del hombro de la gente o logrando que empleados bancarios les faciliten los datos. Los ladrones también engañan a los clientes proporcionando datos personales haciéndose pasar por una fuente oficial, una práctica conocida como 'phishing'.
Compañías de Internet, como EarthLink, Microsoft y America Online, y agencias gubernamentales trabajarán conjuntamente para localizar a los culpables del timo digital que se hacen pasar por bancos y otros negocios legales en sus ataques.
La agencia reguladora recomienda además que los bancos utilicen múltiples filtros para identificar a un cliente y no se conformen con una única contraseña. "El principal problema con un único factor de identificación es que las contraseñas, el método utilizado más habitualmente, son fáciles de robar, adivinar o descodificar y, una vez que la contraseña está en peligro, el ladrón tiene los mismos derechos de acceso que el usuario legítimo", ha dicho la agencia.
Las instituciones también deberían invertir en un mejor software que explore webs buscando a este tipo de delincuentes que se aprovechan de la imagen de los bancos para robar los datos de sus usuarios.