En el 2025 seremos más de cincuenta millones de españoles

España contará con una población que rebase los 50 millones de habitantes en el año 2025, según las proyecciones realizadas en un artículo del último Boletín económico del Banco de España, que subrayan la importancia de los flujos inmigratorios en el aumento demográfico. Estas proyecciones recogen una clara tendencia creciente de la población residente para los próximos años. A partir de mediados de siglo la previsión apunta a una progresiva disminución, hasta situarse en algo más de 51 millones de habitantes en el año 2070.

Estas proyecciones difieren sustancialmente de las publicadas anteriormente, que apuntaban a que la población española alcanzaría un máximo de 43,48 millones de personas en 2025 y que, a partir de entonces, comenzaría a reducirse, hasta quedar situada en 41,20 millones de habitantes en 2050.

Estas diferencias son consecuencia, principalmente, de las nuevas hipótesis introducidas sobre el comportamiento de los factores determinantes de la evolución de la población. Así, los nuevos supuestos incorporan un fuerte aumento de los flujos de inmigrantes, sobre todo entre 2002 y 2005, y pequeños incrementos de la esperanza de vida al nacer (que en 2030 se elevaría a 84 años, frente a los 81 anteriores) y de la tasa de fertilidad (desde 1,42 a 1,52 hijos por mujer, también en 2030).

INCREMENTO DEL PROGRESIVO ENVEJECIMIENTO

A pesar de la fuerte revisión al alza de la población estimada, las nuevas proyecciones no suponen una mejora del diagnóstico en torno al problema del envejecimiento de la población en España, que alcanzará una magnitud muy elevada en el medio plazo, tal y como muestra la evolución de la tasa de dependencia.

De acuerdo con las últimas proyecciones, señala este artículo del Boletín económico del Banco de España, la población de 65 y más años prácticamente habrá duplicado su peso relativo sobre el total de la población entre 2005 y 2050, al pasar del 16,8 por ciento al 30,8%; en el año 2070, este grupo de edad supondrá en torno al 28,4 por ciento de la población total.

Otra de las conclusiones señala que la inmigración incluso si alcanza una intensidad tan elevada como recogen las proyecciones del INE, "no altera la trayectoria prevista en el largo plazo para la tasa de dependencia, dado que el grueso de las entradas de inmigrantes se concentra en el grupo de edad comprendido entre los 20 y los 40 años".