Los católicos portugueses lloran a la última vidente de Fátima
Lucía de Jesús dos Santos murió el domingo a los 97 años
El Portugal más católico llora hoy, un día después de su muerte en plena campaña electoral, a la hermana Lucía, última vidente de Fátima, que murió el domingo a los 97 años en un convento carmelita de Coimbra. Los principales partidos que se presentan a las elecciones del día 20 suspendieron ayer sus actos de campaña trs conocer su fallecimiento.
El primer ministro y candidato centrista, Pedro Santana Lopes, anunció el mismo domingo, horas después del deceso de sor Lucía, la suspensión de su campaña para las elecciones del próximo domingo, y más tarde, ya en la madrugada del lunes, que el martes será día de luto nacional en memoria de la religiosa. En la recta final para las legislativas, Santana Lopes declaró "todo mi respeto" hacia la hermana Lucía, cuyo fallecimiento consideró "una noticia impresionante para Portugal y para el mundo entero".
El derechista Partido Popular (CDS-PP) también anunció la suspensión de actos, que no se sabe si impedirá celebrar el único debate televisado de los cinco principales candidatos, previsto para el martes en la primera cadena de la televisión pública. Para algunos analistas, el centroderecha portugués puede tratar ahora de capitalizar el fallecimiento de la monja con fines
electorales ante la cita en las urnas del domingo, en la que los sondeos auguraban resultados adversos.
La hermana María Lucía do Corasao Imaculado, su nombre de religiosa, falleció a media tarde del domingo en el Carmelo de Santa Teresa, de Coimbra (centro), donde había profesado los hábitos en 1948, tres décadas después de las apariciones que aseguró haber vivido en Fátima junto a sus primos Francisco y Jacinta Marto.
La más célebre de las monjas portuguesas estaba enferma desde unos días antes y el sábado el papa Juan Pablo II le envió por fax un mensaje con una bendición personal y "su vida se extinguió plácidamente, como si se hubiese dormido", según un testimonio.




