Cinco muertos en otro aparente caso de suicidio colectivo en Japón
Los fallecidos eran jóvenes entre 20 y 30 años
La policía de Takashima, localidad a 350 kilómetros al oeste de Tokio, descubrió hoy los cuerpos de cinco jóvenes asfixiados dentro de un vehículo en el que presuntamente acabaron con su vida en un nuevo caso de suicido colectivo. Según explicó un portavoz de la policía de esa ciudad, los jóvenes, cuatro hombres y una mujer de entre 20 y 30 años, murieron al inhalar el monóxido de carbono producido por cuatro braseros de carbón portátiles que habían encendido en el interior del vehículo.
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Todas las ventanas del automóvil estaban selladas por dentro, añadió el portavoz policial de esa ciudad, situada a unos 350 kilómetros al oeste de Tokio. Sin contar los fallecidos en este suceso, en lo que va de año al menos 20 jóvenes han muerto en suicidios colectivos que normalmente siguen la misma pauta: los jóvenes se ponen en contacto por Internet y, tras reunirse, se dirigen en un automóvil de uno de ellos o alquilado a un descampado o camino forestal, donde sellan las puertas y orificios del vehículo y encienden dentro del mismo varios hornillos eléctricos.
El gas venenoso desprendido en la combustión, ayudado por la ingesta de medicamentos, les induce a un sueño del que nunca despiertan. Desde enero de 2003, más de un centenar de jóvenes japoneses (la mitad de ellos en el último medio año) se han suicidado en estos llamdos "pactos de la muerte". En 2003 acabaron así con su vida 34 jóvenes, cifra que se disparó a 55 el año pasado. La proporción es mucho mayor en 2005, hasta el punto que psicólogos y autoridades han llegado a hablar de una auténtica "epidemia de suicidios".
Según los expertos, detrás de estos "pactos de la muerte" se encuentra la falta de adaptación al ritmo laboral, educativo y económico de la competitiva sociedad nipona, y los crecientes problemas afectivos entre jóvenes. Los jóvenes frecuentan páginas web en las que pueden encontrar a personas que pasan por similares crisis a las que les impulsan a dar ese paso destructivo y, así, en grupo, adquieren la determinación necesaria para cometer el suicidio.




