Sigue la incertidumbre sobre el estado de salud de Rainiero
Ayer se celebró una nueva misa a la que asistió su hija Carolina
La incertidumbre continúa sobre el estado del príncipe Rainiero, que cumple hoy su undécimo día en el servicio de reanimación de un hospital de Mónaco, aunque cada vez es mayor el pesimismo sobre sus posibilidades de curación.
En espera de un nuevo parte médico, que podría retrasarse hasta después del fin de semana, los doctores que atienden al veterano soberano, de 81 años, reconocían ayer, por primera vez, que la esperanza de recuperación es "extremadamente débil" debido a su "precario estado".
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La inminencia de un desenlace fatal aparece cada vez más asumida por los monegascos, muchos de los cuales se reunieron anoche en la Catedral de su mini-Estado para encender decenas de velas y rezar por su soberano.
A petición del arzobispo de Mónaco, Bernard Barsi, la plegaria estuvo dedicada a Rainiero, pero también al Papa, que se encuentra como él en estado crítico.
La princesa Carolina y dos de sus hijos participaron en la plegaria, en la que, sin embargo, no estuvo presente el príncipe heredero, Alberto, quien desde el pasado jueves es también el regente de Mónaco, el segundo Estado más pequeño del mundo, después del Vaticano.