El ministro de Exteriores japonés viaja a China para aliviar la creciente tensión diplomática
Nuevas manifestaciones antijaponesas en cinco ciudades chinas
El ministro japonés de Asuntos Exteriores, Nobutaka Machimura, ha llegado este domingo a Pekín en una visita oficial que tiene por objetivo aliviar la tensión diplomática actual entre ambos países después de que en los últimos días se haya sucedido multitud de manifestaciones antiniponas en territorio chino.
Machimura se reunirá hoy con su homólogo chino, Li Zhaoxing, en un momento en que se intensifican las manifestaciones antijaponesas en varias ciudades chinas y un día después de que el Gobierno japonés emitiera sus más enérgicas protestas por las mismas.
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Ni el Gobierno chino ni su Ministerio de Exteriores han querido hacer mención durante esta semana a la visita que ya estaba programada, pese a que normalmente este tipo de encuentros son confirmados por Pekín con varios días de antelación.
Pekín acusa a Japón de ocultar la historia
China acusa a Japón de "no afrontar la historia" con respecto a los crímenes de guerra que cometió su ejército en la II Guerra Mundial, y ser por ello indirectamente responsable de las recientes manifestaciones de miles de chinos contra Japón en una decena de ciudades del país.
Las mayores protestas se produjeron la semana pasada en Pekín (10.000 personas) y ayer sábado en Shanghai (20.000), y en ambos casos la multitud acabó atacando con piedras y otros objetos los consulados de Japón en ambas ciudades. Las protestas también se suceden este domingo. Miles de personas se han manifestado en al menos cinco ciudades chinas, según fuentes diplomáticas niponas.
Sentimiento antinipón
Por su parte, Tokio acusa a Pekín de fomentar el sentimiento antijaponés entre sus ciudadanos y condena la pasividad de las fuerzas del orden, por lo que exige a China el pago de indemnizaciones. Según la versión japonesa, el objetivo de las manifestaciones también es frenar las aspiraciones de Japón de convertirse en miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.
La chispa que encendió las protestas fue la aprobación en Japón, el 5 de abril, de libros de texto que, según China, falsean el conflicto armado que ambos mantuvieron en los años 30 y 40, maquillando episodios como la Matanza de Nankín (1937), con 300.000 chinos asesinados por las tropas niponas.




