Un libro rescata testimonios de mujeres en las cárceles franquistas

Acariciar la tristeza del olvido, levantar el manto de silencio y oscuridad, contar lo que sucedió. No es vano el intento de un libro que recoge los testimonios de las mujeres que estuvieron en las cárceles franquistas. Mujeres encerradas y hacinadas durante años en las prisiones del Movimiento, privadas de derechos tan estúpidos como el de echar un cigarrito. Y lo peor, torturadas, sacadas de sus celdas y fusiladas.

Eran simplemente mujeres. A veces, funcionarias de la República que cumplían de manera justa con su labor. A veces, compañeras de soldados que cumplieron con el deber de defender la legalidad democrática. A veces, madres de hijos huidos. Casi siempre, luchadoras. Defensoras de los derechos de la mujer. Defensoras de la dignidad.

La historia oficial las ocultó como si con ello se pudieran borrar ideas. O peor, vidas. La transición las volvió a sepultar en el silencio amparándose en la siempre socorrida excusa del "necesario" cierre de las heridas.

Contra el olvido

Testimonios de mujeres en las cárceles franquistas, editado gracias a la UNED, devuelve luz y rescata historias emocionantes. Imperdonables historias de cainismo que se resisten a desaparecer de manera definitiva.

En la presentación del libro, un impresionado y repleto salón de actos, en la Biblioteca Nacional, ha sido escenario de testimonios que no suenan a rencor sino a esperanza. Y ello, a pesar de que, como decía la Vicepresidenta del gobierno, Maria Teresa Fernández de la Vega, haya algunos (siempre los mismos del mismo lado) que se empeñen en creer que recordar reabre viejas heridas.

En la presentación de este libro se ha vivido un acto de justicia porque, más allá del sufrimiento que vivieron esas mujeres, se ha intentado desterrar la desmemoria que siempre "condena a un siempre presente débil".