2.775 años de cárcel para los etarras del tren Irún-Madrid
Están acusados, entre otros, de 184 delitos de homicidios en grado de tentativa
La Audiencia Nacional condenó hoy a 2.775 años de prisión a los etarras Gorka Loran y Garikoitz Arruarte por haber colocado, el día de Nochebuena de 2003, una maleta bomba en el intercity Irún-Madrid con la intención de que estallara después de su llegada a la estación de Chamartín. El tribunal considera que los hechos son constitutivos de un delito de pertenencia a banda armada, otro de daños terroristas, uno de tenencia ilícita de armas y 184 de homicidio en grado de tentativa, tantos como pasajeros iban a bordo del tren.
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La sentencia afirma que aunque los etarras habían programado la bomba para que explotara cuando el tren estuviera ya vacío, "el artilugio podía haber estallado en cualquier momento anterior a causa de otra maleta o bulto que se colocara sobre él, por un golpe fortuito o al recibir una descarga eléctrica natural como la generada durante una tormenta o por el propio movimiento del tren".
"De haberse producido la explosión, dada la cantidad de dinamita, su potencia, el tipo de transporte en que estaba colocado y los trozos de metal y otros objetos que hubiera generado al reventar la estructura del tren, hubiera muerto un número elevado de personas", señala la sentencia.
Añade que existía "una alta probabilidad de que hubieran fallecido todos los ocupantes del tren así como las personas que se encontraran próximas al mismo en el momento de la deflagración, circunstancia ésta de la que eran conscientes los procesados". En el tren viajaban ese día 180 pasajeros y cuatro empleados de Renfe.