Los franceses se rebelan contra la jornada de "solidaridad nacional"
Sólo cuatro de cada diez acuden a trabajar
Las huelgas de transporte decretadas en las 40 ciudades más importantes de Francia han conseguido perjudicar decisivamente la jornada de trabajo no remunerado decretada por el Gobierno para hoy, lunes de Pentecostés, jornada tradicionalmente festiva en el país galo.
Los sindicatos, opuestos a la medida, han conseguido obstaculizar el transporte público en un buen número de ciudades. Lo que podría suponer que más del 50% de los franceses, como estaba previsto en las encuestas, haya decidido quedarse en casa, aunque todavía no se cuenta con datos oficiales.
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"El mismo Gobierno que nos da lecciones de solidaridad es el que luego reduce los derechos de millones de trabajadores en Francia", criticó duramente Bernard Thibault, el secretario general de la Confederación General de Trabajadores (CGT), primer sindicato de Francia.
El paro ha supuesto importantes retrasos en el aeropuerto parisiense de Orly, así como en los trenes de cercanías que cada mañana acercan a millones de trabajadores de la periferia hasta la capital gala. A pesar de que los transportes urbanos funcionan mejor en París que en el resto de Francia, la afluencia de pasajeros era mucho menor que la de cualquier lunes. Las calles de la capital presentaban muchos comercios cerrados y un tráfico menor al habitual.
El Gobierno francés decidió convertir el 16 de mayo en una 'jornada de solidaridad nacional', es decir, de trabajo no remunerado, con la que financiar el gasto social, tras la canícula que supuso la muerte de más de 15.000 personas, principalmente ancianos, en Francia, en el verano de 2003.
Las perspectivas de recaudación a través de la nueva tasa del 0,3% que será impuesta a las empresas (el equivalente a un día más anual de trabajo) serán, según el Ejecutivo, de 2.000 millones de euros.