Sandro Rosell admite que al final de temporada se planteará la dimisión
Rosell admitió que desde invierno ya no influye en las decisiones del área deportiva y que "es algo que hay que hablar a final de temporada y discutirlo seriamente porque no es como empezamos el proyecto".
El vicepresidente deportivo del FC Barcelona, Sandro Rosell, reconoció hoy que se planteará la posibilidad de dimitir cuando acabe la temporada por su desacuerdo con algunas cuestiones de la gestión de la junta directiva que preside Joan Laporta y algunas "influencias externas", dado que no sigue vigente el proyecto acordado hace dos años.
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"Hay algunos procesos internos e influencias externas que no son como yo había entendido o que no me habían explicado bien. Y a mí me gusta hacer los proyectos como se habían iniciado", comentó Rosell, que rompió el silencio que había mantenido los últimos seis meses en una entrevista concedida esta mañana al programa 'Els Matins' de TV3.
De momento, según dijo, no ha tratado con la junta la posibilidad de dimitir, aunque admitió que es "una posibilidad" presentar su renuncia el 1 de julio, un día después de que expire el aval económico, que, de acuerdo con la ley de la Liga de Fútbol Profesional que obliga a avalar a cada directivo el 15 por ciento del presupuesto del club.
Rosell admitió que desde invierno ya no influye en las decisiones del área deportiva y que "es algo que hay que hablar a final de temporada y discutirlo seriamente porque no es como empezamos el proyecto. Pero hay que esperar a que acabe la Liga", dijo, tras exponer que "primero debe acabar la competición".
Asimismo, expuso que debe "poner en una balanza las cosas buenas y las cosas malas, porque no todo ha sido malo" y se declaró "muy leal al Barga" ante los que le tachan de desleal "si desleal significa decir lo que piensas, tenemos un problema", aunque luego admitió que no se considera un tipo "demasiado políticamente correcto".
En su opinión, la junta no mantiene el proyecto acordado en la campaña electoral. Además, cree que se están "mezclando" cuestiones personales. "Estaría bien que siempre pensáramos que el Barça es lo primero, como decíamos en la campaña", comentó. Después, admitió que ha dejado de intervenir en la política de fichajes.
Pide información sobre los fichajes
Rosell explicó que ayer en la reunión de la junta optó por "pedir información" sobre algunas decisiones tomadas "los cinco últimos meses", junto a otros directivos, porque hay "falta de información" en el seno de la propia junta, y dijo que es una "buena pregunta" el porqué el responsable del área deportiva no está al corriente de los fichajes.
En este sentido, dijo que no le había "llegado" la información sobre los precontratos firmados, entre los que cabría incluir, aunque no lo precisó, el ya confirmado del medio holandés Mark van Bommel (PSV Eindhoven) y el del delantero español Santi Ezquerro (Athletic de Bilbao), que podría anunciarse de manera oficial la próxima semana.
Los fichajes dependen ahora del secretario técnico, Txiki Begiristain, y del entrenador Frank Rijkaard, aunque quiso desligar su relación con ambos de sus problemas en la junta.
No obstante, admitió que los técnicos se han "saltado" al vicepresidente deportivo los últimos meses, pero que lo que hay que debatir es "cómo volver al proyecto inicial".
El peso de Cruyff
Rosell aseguró también que "no cree" que Rijkaard haya avisado a Laporta que podría dejar el Barcelona si él continúa en la junta y aprovechó para decir que tampoco se cree que Johan Cruyff brindase por su dimisión junto a Laporta, Begiristain y Rijkaard durante la fiesta de cumpleaños del ex entrenador holandés.
De Cruyff, cuya influencia sobre Laporta es uno de los motivos de sus problemas en la junta, se limitó a decir que "es muy grande y tiene un peso específico muy grande en el barcelonismo desde el día que llegó".
"Siempre ha estado ahí, a favor del presidente o en contra, pero siempre ha estado. Y eso no es fácil después de tantos años".
Rosell añadió que Cruyff y Laporta son "muy amigos" y que el presidente del Barcelona, a nivel profesional, es el "abogado" del ex jugador.
Durante la entrevista, comentó también que "hay muchas influencias externas que no son buenas", aunque no llegó a citar a Cruyff en este sentido, pero a tratarse de una referencia clara al holandés. De su relación con Laporta, también explicó que la famosa cena de hacer unos meses fue para rebajar la "crispación" y no "desequilibrar" al equipo.
"No es que nos reconciliásemos", dijo, asegurando que pactó "desaparecer" de los medios. Y también cree que "en el Barga o en una empresa tampoco hace falta ser todos grandes amigos".
No descarta una candidatura en el futuro
"En la vida todo se puede arreglar menos la muerte. Hablando se entiende la gente, pero es bueno que haya independencia y hay muchas influencias externas que no son buenas", indicó.
De su futuro personal, reiteró: "No quiero ser presidente del Barça". Aunque no descartó participar algún día en una candidatura. Tras aclarar que si la junta funciona bien, no se plantearía, apuntó que "si las cosas no van por donde uno cree que deben ir, si pudiera ayudar a alguien en el futuro, sea ahora o de aquí a 10 o a 20 años, por qué no. Siempre me ha gustado el Barça, forma parte de mi cultura. Por tanto, todo lo que sea ayudar al club, si puedo, lo haré".
Lo que volvió a dejar claro es que de su continuidad o no en el club no depende el futuro de Ronaldinho de Assis. "Es patrimonio del Barça y está encantado de la vida. Ronaldinho se queda", dijo, tras defender la llegada de brasileños en lugar de holandeses, algo sobre lo que recordó que "Holanda nunca ha ganado nada a nivel de selección y Brasil cinco Mundiales. Y eso es por algo". Rosell, por último, se refirió al posible acuerdo de patrocinio con China y dijo saber "más o menos lo mismo" que lo publicado en la prensa, aunque aclaró que puede ser una operación "fantástica" y que cree "demagógico" cuestionarla por motivos políticos. De la economía del Barça, por otro lado, dejó caer que "no está para tirar cohetes"