Libros electrónicos, la nueva revolución mediática
El nuevo soporte de publicación supera poco a poco las reticencias de autores y editores
Madrid
La semana pasada Roger Chartier, uno de los mayores expertos en historia del libro y de la cultura escrita, afirmaba que "mientras que en el texto electrónico existe una tendencia a la fragmentación, en la forma libresca la obra se impone gracias al soporte material". Puede ser cierto, pero avances tecnológicos cada vez más asequibles y los hábitos cambiantes del consumidor auguran a estas publicaciones un futuro prometedor. Aunque no brinde las experiencias sensoriales de la tinta y el papel.
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Detrás del fenómeno creciente del libro electrónico están tanto las empresas editoras como los autores independientes, así como tiendas por Internet y bibliotecas públicas. La eclosión en la digitalización de libros y la aparición de multitud de bibliotecas virtuales hace pensar en la llegada de una nueva revolución mediática, casi comparable a la invención de la imprenta.
La compañía eBookStand.com sostiene que los libros digitales "se están comenzando a poner de moda" y el mercado "podría desarrollarse más rápido de lo esperado, ya que las compañías editoras y de tecnología líderes están invirtiendo dinero y recursos en ello".
Ventajas frente al libro convencional
Los libros electrónicos pueden leerse en computadoras de escritorio o portátiles, así como en aparatos de mano portátiles como Palm Pilot o Pocket PC, utilizando programas que ofrecen un sistema especial de protección de derechos de autor. Algunos de ellos, como el eReader, ofrecen funciones que permiten al lector ajustar el tamaño de la tipografía, subrayar frases, hacer anotaciones o marcar la última página leída.
Estas funciones se presentan como ventajas frente al libro convencional y buscan preservar algo de su experiencia física, aunque con el e-book se pierde sin duda el placer de pasar la página y los olores del papel y de la tinta. Otras ventajas del libro digital son flexibilidad de transporte y menores costos de producción y distribución.
"¿Quién va a leer el Quijote en una pantalla?"
Autores y compañías editoras aún tienen sus reservas por el tema de los derechos de autor, una laguna informática que ya ha sido considerada por los desarrolladores de los programas lectores, que incorporan desde hace tiempo software para la gestión de contenidos digitales protegidos por los derechos de autor -programas conocidos como de Digital Rights Management o DRM-.
Además, muchos se aferran aún al papel por otros motivos. Uno de los últimos en expresar sus dudas sobre el nuevo formato de publicación ha sido el francés Roger Chartier, profesor de L'Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales, uno de los mayores expertos mundiales en historia del libro y de la cultura escrita. Hace una semana defendía en una conferencia en la Biblioteca Nacional francesa la supervivencia de las formas tradicionales de lectura frente a las digitales y dudó acerca de que alguien sea capaz de leer el Quijote en formato electrónico.
"¿Quién va a leer el Quijote en una pantalla?", se pregunta este historiador, que señala que aunque "nunca se ha visto una presencia tan fuerte de los textos en pantalla", y a pesar de que los soportes electrónicos pueden ayudar a la "proyección" de un texto clásico como el Quijote, "de momento, no se va a producir el abandono o el olvido de la forma libresca".




