Seis de cada diez hombres roncan de modo habitual
En las mujeres el porcentaje se reduce al 40%
Seis de cada diez hombres roncan de modo habitual mientras que entre las mujeres el porcentaje es menor y ronda el 40% por ciento, según los datos facilitados hoy por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Esta sociedad advierte de que los ronquidos pueden ser síntoma de determinados problemas, como la apnea del sueño, que afecta aproximadamente a un millón de personas en España.
La apnea del sueño se relaciona con problemas de hipertensión y trastornos cardiacos y provoca una excesiva somnolencia durante el día. Por este motivo es un factor de riesgo en la conducción de automóviles y el que la padece multiplica por seis la probabilidad de tener un accidente de tráfico que un conductor que duerme bien.
La obesidad, el consumo de alcohol, tabaco o tranquilizantes y las alteraciones de las fosas nasales (desviación del tabique, pólipos, rinitis...) son las principales causas que favorecen el ronquido. Con independencia de que se cuente o no con alguno o varios de estos factores, lo cierto es que son muy pocas las personas que pueden afirmar que jamás han roncado, ya que según la citada sociedad médica, aproximadamente el 80% de la población ha incorporado los ronquidos a su repertorio nocturno en algún momento de su vida.
Pero solo se puede hablar de problema cuando el individuo ronca todos los días y lo hace de una manera que llama la atención. De acuerdo con la SEPAR se desconoce por qué los hombres roncan más. Durante la edad fértil, la mujer tiene menos problemas respiratorios, pero una vez que llega a la menopausia empieza a roncar más. Si se sabe, en cambio, que los ronquidos guardan una estrecha relación con la postura y son más habituales entre quienes se acuestan boca arriba que entre quienes duermen boca abajo o de lado y por eso los grandes roncadores suelen dormir mirando al techo.
Según las mismas fuentes, durante el sueño la relajación muscular hace que la mandíbula descienda ligeramente y la boca quede entreabierta con lo que la lengua cae hacia atrás si la persona está durmiendo boca arriba y ello provoca que se dificulte el paso del aire y la respiración se vuelva ruidosa.




