La reforma del Estatut llegará al Pleno del Congreso en noviembre
El primer debate en sesión plenaria del Estatuto de Autonomía de Cataluña que este viernes aprobó el Parlament podría ser a principios de noviembre. A partir de hoy, se inicia un trámite complicado con el que los partidos del tripartito ya cuentan.
Es un recorrido complicado, una tramitación compleja que tiene que ver con el hecho de que la Constitución se encargó en su día de cómo hacer los estatutos, pero no del procedimiento para reformarlos. De ahí que en el año 93 se aprobara una resolución de la Presidencia que es la que actúa de norma constitucional y regula las reformas.
Más información
- El Gobierno dice que el Estatut puede sufrir reformas en el Congreso
- Zapatero asegura que el Estatut aprobado por el Parlamento catalán precisa "alguna reflexión"
- El Gobierno renegociará con la Generalitat el modelo de financiación propuesto en el nuevo Estatuto catalán
- El Parlamento catalán aprueba el nuevo Estatuto de Cataluña
- Maragall: "Tenemos las espaldas anchas ante las críticas"
El Estatuto catalán se elaboró al amparo del artículo 151.2 de la Constitución. La semana que viene llega al Congreso y el primer paso que tiene que superar es ser calificado por la Mesa, el órgano de gobierno de la Camara. Tras su calificación se debate en pleno, un debate llamado a la totalidad porque lo que se discute son los principios generales de esta reforma. Si la reforma se aprueba, se abre un periodo de presentación de enmiendas y se remite el texto a la Comisión Constitucional.
En esta Comisión, si el texto es enmendado, se tiene que nombrar un ponencia paritaria, lo que significa que la reforma se estudiará por dos vías: por un lado será analizada por los 39 miembros de la Comision ,y por otro, por una delegación de parlamentarios catalanes enviados por el Parlament que puede hacer uso de esta potestad o no. Las dos partes estan abocadas a llegar a un acuerdo y emitir un dictamen final. Si no llegan a un acuerdo en el plazo de dos meses, habrá un pronunciamiento por separado y prevalece el dictamen final que hagan los miembros de la Comsión.
El texto de la reforma se envía entonces al Senado donde se puede optar por vetar la reforma, presentar enmiendas al texto o ninguna de las dos cosas. Si se veta la reforma, la Comunidad Autónoma puede retirar su propuesta. Si se presentan enmiendas, una nueva votación en el Congreso tendrá que decidir si se incorporan o no esas enmiendas.
La reforma para salir adelante tiene que ser aprobada en el Congreso por mayoría absoluta, es decir, la mitad de los diputados más uno. El PSOE no necesitaría el apoyo del PP para su aprobación.