Cada minuto muere un niño a causa del sida

Cada minuto, todos los días, un niño menor de 15 años muere a causa del sida y otro contrae la enfermedad, según informó hoy el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef). En 2004 tres millones de personas murieron por sida y de ellos, uno de cada seis (510.000) era un menor de 15 años. A estas cifras de muertes se suman las de infectados con el virus. Según recuerda dicha organización, cada año 640.000 niños y niñas menores de 15 años contraen el VIH y, si no reciben tratamiento, la mitad morirá antes de dos años.

Estos datos han llevado a la organización defensora de los derechos de los niños a lanzar una campaña a nivel mundial contra el sida en los niños centrada en la necesidad de prevenir la transmisión madre-hijo y en la obligación de ampliar el acceso a los tratamientos para todos los menores.

Cada año, cerca de un 90% de las nuevas infecciones por VIH entre niños, niñas y jóvenes ocurren en África subsahariana, pero el número de estas infecciones está aumentando también en otras zonas, especialmente en Asia. Los datos revelan que la gran mayoría de menores seropositivos contrajeron la infección a través de sus madres; sin embargo, menos de un 10% de las mujeres embarazadas tienen acceso a los servicios necesarios para frenar la transmisión del VIH a sus bebés.

Sin intervenciones preventivas, alerta Unicef, aproximadamente una tercera parte de los recién nacidos de madres seropositivas contraerán el virus durante el embarazo, el parto o el período de lactancia.

Medicamentos para todos

Otra paradoja es la existencia en el mercado de un medicamento ampliamente disponible, cotrimoxazol, que puede reducir hasta casi la mitad las muertes por VIH/SIDA. El medicamento cuesta solamente tres centavos de dólar de EEUU al día, pero solamente un 1% de los niños y niñas que lo necesitan tiene acceso al mismo.

Para Unicef esta realidad exige tomar medidas en cuatro esferas fundamentales: la prevención de la transmisión de madre a hijo; proporcionar tratamiento pediátrico; prevenir la infección entre los adolescentes y los jóvenes, y proteger y prestar apoyo a los menores afectados.