Octava noche de disturbios en los barrios periféricos de París

Los disturbios de la pasada noche dejan un balance provisional de 400 vehículos quemados en toda la región parisina, aunque continúan siendo las poblaciones del noroeste las que han registrado los incidentes más graves. Cuatro policías han resultado heridos leves como consecuencia del impacto de botellas y piedras, y el ataque a una cochera de autobuses interurbanos de Trappes, en el sur de Ille-de-France, ha dejado inutilizados casi una treintena de vehículos.

Otros incidentes han tenido lugar en la región de Borgoña y la desembocadura del Ródano, si bien no hay una relación directa con lo que sucede en torno a la capital francesa. Este tipo de incidentes y actos vandálicos son moneda corriente. La gendarmería ha contabilizado 70.000 en lo que va de año y sitúa los principales focos en las periferias de Dijon y Lyon.

Desde el Ministerio del Interior se destaca que, a diferencia de las noches anteriores, no ha habido enfrentamientos directos entre las fuerzas del orden y los jóvenes violentos. El alcalde de Aulnay-sus-Bois -donde la pasada noche ha sido arrasado un almacén de moquetas de 15.000 metros cuadrados- estima que "los disturbios tienden a remitir y que el punto álgido ya ha quedado atrás".

Llamadas a la calma

Mañana, en esta población situada entre los aeropuertos Charles-de-Gaulle y Le Bourget, que cuenta con una de los barrios más peligrosos, la 'Cité de los 3.000', está convocada una manifestación que cuenta con el respaldo de los líderes religiosos musulmanes para hacer un llamamiento a la calma. De momento, esta mañana era tranquila, tan sólo algunas columnas de humo aisladas y unas pocas carcasas de camiones y coches quemados daban testimonio de los incidentes de la pasada noche y de las anteriores.

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El final del Ramadán, invita a la esperanza, aunque algunos expertos policiales, por el contrario, temen la llegada del fin de semana. Desde las filas de la derecha se insiste en el mensaje de que los incidentes no son espontáneos, sino que están organizados. "Por las bandas de delincuentes", señaló anoche Nicolás Sarkozy, mientras que el ministro de Asuntos Exteriores, Philippe Douste-Blazy, va aún mas lejos y ve la mano del extremismo islámico, que ha crecido también en estos barrios marginados con tasas de desempleo entre los jóvenes superiores al 30% y un elevado número que salen de la escuela sin saber leer y escribir.